La Real Academia Española define afligir como «causar molestia o sufrimiento físico». Fiel al diccionario, el toro Afligido, de 608 kilos y nacido en diciembre de 2006, ha muerto hoy alanceado en Tordesillas (Valladolid), en medio de una multitud después de casi media hora de encierro y una larga agonía. Lo ha matado Óscar Bartolomé Hernández, alias Zamorano, que a pie le clavó varias veces la lanza en el brazuelo izquierdo y se gana un hueco en la historia de la polémica tradición, ya que en 2003, con solo 19 años, ya mató al toro Gañaflero.
Zamorano -apodado así porque llegó a Tordesillas con solo ocho años desde Zamora- no oculta su enorme satisfacción por haber sido quien ha matado al astado. «Me siento como Cristiano Ronaldo. Eres como Dios», ha explicado a la prensa aún con la voz ronca tras «el torneo». Ha detallado que el toro le entró de frente y le clavó dos veces la lanza en el costado izquierdo.
El Toro de la Vega tiene cada año más detractores, pero, paradójicamente, las protestas parece que atraen cada vez a más curiosos, según los veteranos. El alcalde, José Antonio González (PSOE), ha cifrado de forma quizá un tanto optimista en 50.000 el número de personas que se han congregado hoy en el pueblo (la población de Tordesillas es de 9.000 habitantes). El alcalde ha defendido los beneficios para la localidad de la inversión en la compra de Afligido, de 3.500 euros.