3 años sin Nicolás – «La sociedad de Río Cuarto ha sido indiferente»

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En septiembre de 2008 Nicolás Sabena fue visto por última vez. Un llamado telefónico fue el único testimonio que probaba que aún estaba con vida. El día 14 se perdió totalmente el rastro y el joven de 21 años se sumó a la historia trágica de una ciudad que ha sufrido la pérdida doliente y fatal de sus niños y adolescentes.
Rosa Sabena asumió el rol de madre investigadora ante una Justicia incapaz y sumó su lucha a la que antes lideraron Dora Avila, Rosa Arias y Víctor Flores.
«Estamos sufriendo una agonía, un momento de desesperación en el que nadie respuestas. Hay graves falencias de los investigadores judiciales que no está capacitados para resolver estos hechos. Con Ale Flores pasó lo mismo. La madre encontró a su hijito por casualidad. Prescribió la causa y los asesinos están sueltos», afirmó.
Las madres del dolor son heroínas que en soledad le ganan partidas al dolor permanente. Rosa no puede evitar el espanto cuando imagina lo que pudo haber pasado con su hijo, pero nunca se plantea como opción  la resignación.
«Nos hemos sentido muy solos. En esta lucha no han participado las fuerzas de la ciudad y la sociedad de Río Cuarto ha sido indiferente. Es muy duro vivir con un hijo desaparecido y sin encontrar las personas que nos ayuden a saber lo que pasó. El dolor es el mismo del primer día. No podemos hacer un borrón y cuenta nueva. Ninguno de nosotros podrá volver a hacer una vida normal» sentenció.
La mujer continúa con su tarea docente y conserva algunas horas para leer y releer un expediente que ni los propios funcionarios judiciales conocen con tanto detalle.
Rosa comprendió el significado de los términos que emergen del Código Penal, pero le resulta indescrifable que hasta ahora todos conduzcan a la impunidad.
«Tenemos angustia y miedo. No imaginamos nunca que un chico podía desaparecer en Río Cuarto. Diariamente estoy luchando con la inercia y la desidia de quienes tienen que investigar. He dedicado mi vida para saber que pasó. No me voy a quedar con los brazos cruzados», advirtió.
Para la madre de Nicolás, la sociedad riocuartense «es fría y rara vez se manifeista por algo». «Las primeras marchas fueron bastantes concurridas pero después de que el fiscal hizo circular la versión de que mi hijo estaba en el tema drogas, la gente se quedó al margen. Yo creo que a mi hijo lo mataron porque se negó a meterse en el mundo de las drogas», sentenció.

Por Pablo Callejón (callejonpablo@yahoo.com.ar)
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