Sin Delfino, pero con buenas tareas de Ginóbili, Nocioni y Scola, el equipo de Lamas derrotó 84-52 a los guaraníes en el debut del torneo que se desarrolla en Mar del Plata y otorga dos boletos para los Juegos de Londres 2012. Paolo Quinteros fue el goleador. Mañana, ante Uruguay
Argentina comenzó con mucha presión ofensiva, se hizo fuerte en la zona y no le dio chances de rebotes a los paraguayos. Así se puso rápidamente 10-0 y mostró una fuerte hegemonía desde el inicio. El conjunto de Lamas se mostró concentrado y ante cualquier desatención se veía como los jugadores más importantes, caso Ginóbili, hablaban permanentemente para pulir los errores. Sin fisuras y con un Scola encendido en la pintura, sacó una buena diferencia y se fue 27-8 arriba en el primer cuarto.
Fue destacada también la solidez de Paolo Quinteros con los tiros externos. Así, Argentina arrancó de la manera pensada frente a un rival débil que cometía errores con frecuencia, producto de una buena defensa nacional y de las propias impericias de los jugadores paraguayos. Andrés Nocioni aportó la garra de siempre y en el segundo cuarto aparecieron los puntos y la magia (en dosis) de Emanuel Ginóbili para cerrar la mitad del partido 45-23.
En la segunda mitad, el equipo de Lamas arrancó frío y le costó algunos minutos entrar en juego, aunque la debilidad del rival y la gran diferencia en cuanto a puntos lograda en el primer tiempo le permitió tomarse un tiempo para acelerar el ritmo y volver a poner el partido bajo el brazo. Con el crecimiento de Scola, el aporte de “Manu” y las precisas muñecas de Quinteros, Argentina calentó el motor y sacó otra vez una buena diferencia para encarar el último cuarto con 29 puntos a favor.
En Paraguay, dentro de las limitaciones propias de un equipo inferior, se vio un buen trabajo de Bruno Zanotti y Guillermo Araujo (el goleador paraguayo con 18 tantos), en un conjunto que mostró ganas a pesar de la gran desventaja y que intentó pelear el partido siempre desde atrás. Valorable.
El cuarto parcial le sirvió a Lamas para alternar jugadores y para enfriar los músculos de los más grandes, pensando en la maratón de partidos y en el choque de este miércoles frente a Uruguay, uno de los seleccionados más fuertes dentro del Grupo B. Con altura, jerarquía y un buen rendimiento constante a lo largo del partido, Argentina inició el camino hacia Londres con una sonrisa. Si bien era un partido “fácil” desde los papeles, el seleccionado no dejó dudas y mostró una buena faceta que, seguramente, irá creciendo a lo largo del torneo. Fue 84–52 final, para el deleite de los hinchas que colmaron el Polideportivo Malvinas Argentinas y despidieron al equipo entre los aplausos y la ilusión que sigue generando esta “Generación Dorada”