Paco Rodríguez Ortega

0
Compartir

Poblada de vida y de muerte, de amores y odios, de reflexiones y pasiones en su obra lo sanguíneo aparece de forma recurrente: a veces como una amenaza y otras veces expresa en la rotura de los cuerpos…

 

Por Ricardo Sanchez

Paco Rodríguez Ortega nació en 1975 en Río Cuarto, Córdoba, Argentina.
A temprana edad manifiesta una gran vocación por el dibujo y la pintura lo que lo llevó en 1987 al taller de Ángel Vieyra quien lo guiará en los primeros años de formación.
En el año 2001 terminó el Profesorado en Artes Visuales en la Escuela Provincial de Bellas Artes «Libero Pierini» y mientras realizaba esos estudios concretó sus primeras exposiciones individuales y comenzó a enviar obras a salones y concursos provinciales y nacionales.
Los reconocimientos obtenidos por entonces, lo impulsan a profundizar su formación: en ese sentido fue decisivo el contacto con el artista Carlos Alonso quien le transmitió, a través de distintas charlas y consultas, una actitud de conciencia y compromiso hacia el desarrollo plástico.
En el año 2000 viajó a Europa y recorre los principales museos y galerías del Viejo Continente con lo que inició un período de gran intensidad complementaria de sus conocimientos académicos, al interiorizarse “in situ” de las huellas de los grandes artistas y de la misma historia del arte.
Entre 2003 y 2004 participa en los talleres de Análisis de Obra dirigidos por Luis Felipe Noé y establece contacto que primero lo llevaron a viajar a los Estados Unidos, donde expuso por primera vez en una muestra conjunta con un escultor español.
Esa exposición auspiciada y organizada por The Inter-American Development Bank Staff Association se realizó en el Atrium del edificio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), 1300 New York Avenue,N.W, Washington DC.
De regreso a su país, ha comenzado en 2006 una serie de contactos que le permitieron mostrar sus obras en varias salas privadas de Buenos Aires mientras continúa desarrollando su obra, entre otras la que compone la muestra “Extraña fauna” que está presentándose en el Museo Municipal de Bellas Artes de Río Cuarto.

Reseña
La obra de Paco Rodríguez Ortega está relacionada con el Expresionismo y muestra desde sus comienzos “una clara inclinación a manifestar cuestiones inherentes a lo existencial, a lo trascendente y a reflexionar sobre lo ausente”
En sus pinturas la línea, el trazo y el gesto reposan siempre sobre estructuras que recuerdan lo óseo: ese armazón constructivo, es el eje de todo ente biológico, de esa masa mecánica que son los vertebrados.
Hay en ese camino una marcada evolución que se testimonia desde la preponderancia del dibujo en sus primeras épocas, y el despojo de los esquemas hasta abandonarse más libremente a lo que la pintura le dicta.
Es decir que su obra va ganando en espontaneidad sin perder la fuerza esencial que transmitía ya desde que empezó a  mostrar tímidamente sus primeras obras.
Eso sí, desde entonces, manifiesta un rasgo común: su interés por registrar el desgarramiento corporal de lo vivo –preferentemente animales y humanos- generando una tensión con lo espiritual.
Dueño de registro estético amplio consigue una gran simpatía entre el lenguaje plástico que utiliza y lo que el tema requiere, de modo que hay una constante oscilación en sus modos expresivos, que impide el encasillamiento.
Una virtud que cruza sus trabajos es la libertad estética que se testimonia en la soltura del trazo y que genera una apariencia de espontaneidad –en realidad es una espontaneidad regimentada- que permite la convivencia de lo racional y lo emocional.
Poblada de vida y de muerte, de amores y odios, de reflexiones y pasiones en su obra lo sanguíneo aparece de forma recurrente: a veces como una amenaza y otras veces expresa en la rotura de los cuerpos.

 

 

Commentarios

commentarios

Compartir