Para una primera cita
«Definitivamente lo mejor es el Champagne por su elegancia, su tradición, su prestigio y su glamour como así también por el efecto que provocan las burbujas y también los vinos espumantes», asegura Lucky Sosto, y Martín Auzmendi agrega que depende de la hora de la cita «si empieza temprano lo ideal es un aperitivo fresco y bajo en alcohol, que abre las puertas sin empujarte todavía a ningún lado y permite luego seguir con otros alcoholes o cócteles o pasar a un vino».
Para una ocasión especial
«Lo ideal es lo que sea especial para cada uno, son tantas las situaciones que es imposible elegir una sola, hay momentos para cada bebida. Por eso el que bebe una sola cosa siempre pierde», dice Auzmendi. Por su parte, Lucky sugiere un destilado y en lo personal prefiere el whisky, pero tener en cuenta que hay una delgada línea entre estar más excitado a pasar a estar borracho «una medida es políticamente correcta, dos medidas la alegría es excesiva y tres medidas produce borrachera y pone en peligro el rendimiento sexual», asegura.
Para todos los días (o casi)
«Para todos los días vino del color que a uno más le guste o sino cerveza, ambas bebidas son accesibles y su grado alcohólico es relativamente bajo. Generalmente las bebidas fermentadas a base de grano son mejor aceptadas por el organismo que las fermentadas a base de fruta, por eso se consume más cerveza que vino a nivel mundial», explica Lucky y Auzmendi sostiene que vinos y aperitivos son lo mejor para la rutina cotidiana y en menor medida buenas cervezas.
Para una noche de pasión intensa
Tanto para ellos como para ellas, Lucky recomienda una bebida que despierta pura emoción y que está posicionándose como la bebida espirituosa del momento: el Mezcal, un destilado mexicano del jugo fermentado de varios tipos de agave (cactus) y cada uno produce una versión diferente de mezcal, una de las más conocidas, aunque no responde exactamente a la definición tradicional del mezcal, es el tequila. Y Auzmendi sugiere adivinar lo que ella más desea en una copa y en el resto del mundo y jugar, divertirse. Y beber.
Fuente: La Nación