Después de una larga jornada de trabajo, el comerciante cerró su negocio y se subió a su auto para irse a su casa. Pero cuando estaba por arrancar, al menos tres ladrones armados lo sorprendieron y luego de torturarlo con una “picana” lo llevaron a su departamento, donde estaban su esposa y su hijo adolescente. Allí los asaltantes –bien vestidos, de unos 40 años– los ataron de pies y manos a todos y luego de robar dinero, joyas y electrodomésticos, escaparon en el auto de la familia.
La pesadilla empezó el martes a las diez de la noche cuando el comerciante, de 45 años, cerró su kiosco de Moldes al 2500, casi Monroe, en el barrio de Belgrano.
“El comerciante había dejado su Peugeot 206 estacionado en el garage que está frente a su kiosco. Cuando estaba saliendo de allí fue sorprendido por tres ladrones que lo apuntaron con un arma. Todos se subieron al coche del comerciante y lo obligaron a sentarse en al asiento trasero, donde le hicieron poner la cabeza entre las piernas. Un cuarto asaltante iba de ‘campana’ en una camioneta blanca, siguiéndolos de atrás”, aseguró una fuente del caso .
Los ladrones entraron al departamento del kiosquero (está en el tercer piso) apuntando al hombre con un arma a la altura de la cabeza. Adentro sorprendieron a la mujer de la víctima y a su hijo, de 16 años, que en ese momento estaban esperando al comerciante para cenar.
Los ladrones ataron a la familia con precintos plásticos y los obligaron a tirarse boca a bajo en el piso. Con la situación dominada, los asaltantes revolvieron todo el departamento buscando objetos de valor.
En el departamento, los asaltantes estuvieron alrededor de 20 minutos. Luego metieron el botín en bolsos y escaparon en el Peugeot 206 del kiosquero. A las víctimas las dejaron atadas y encerradas. Se llevaron los juegos de llaves que estaban a la vista.
Fuente: Clarín.