La víctima tenía 53 años y no ejercía la prostitución. En el lugar hallaron sustancias y se trataría de droga. «Nadie vio ni escuchó nada», dijo el fiscal a TD Digital. La víctima fue atacada a golpes de puño y con un arma blanca que le provocó severas lesiones. Rivero se desangró y esto le produjo un shock hipovolémico.
Sin pistas firmes, abundan las dudas alrededor del brutal crimen de una mujer de 53 años en una vivienda de calle Pasteur al 1105, en la «Zona Roja» de barrio Alberdi.
La mujer, Graciela Ester Rivero, vivía junto a su hija en una precaria casa y subsistía con la ayuda de su familia.
La noche del crimen se encontraba sola y ningún vecino «escuchó ó vio algo», según precisó a TD Digital el fiscal Javier Di Santo, luego de la recepción de las primeras testimoniales.
La víctima fue atacada a golpes de puño y con un arma blanca que le provocó severas lesiones. Rivero se desangró y esto le produjo un shock hipovolémico.
Di Santo señaló que aún no se puede determinar si actuaron una ó más personas, aunque destacó que el arma asesina no se encontraba en el domicilio.
La mujer no ejercía la prostitución, según indicaron sus familiares. Sobrevivía con la venta de bolsitas y otros elementos.
Fue hallada por su hija de 13 años que regresó ayer por la tarde a domicilio y encontró a la víctima envuelta en un charco de sangre. Había secuelas del ataque en otros lugares del hogar, por lo que se presupone que hubo una pelea y Rivero intentó defenderse.
«Se observa en la autopsia un golpe con un elemento contundente y varios cortes a la altura del cuello y en la zona de la cara. Ninguna de las heridas pudieron provocar la muerte pero el derramamiento de sangre generó el deceso», precisó el fiscal.
En el lugar se hallaron sustancias envueltas en papel y un plato con una sustancia blanca. Se presume que se trataría de estupefacientes.
La mujer recibía habitualmente «muchas visitas» y se investiga en el entorno cuál pudo ser el móvil y los presuntos autores del hecho. Hasta el momento, no hay detenidos.