Crédito, una forma de vida

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Muchas son las necesidades por cubrir, y ya instalado está el hábito de recurrir a la financiación por parte de los consumidores para poder acceder a los recursos que se les hacen necesarios. En general los argentinos tienden a recurrir a la incorporación de instrumentos que nos den las facilidades para posponer en el tiempo las obligaciones de pago de los bienes y servicios que se consumen y nuestra ciudad no escapa a esta forma de enfrentar el consumo corriente.

La financiación mediante tarjetas de créditos es la más requerida por los ciudadanos de Río Cuarto y la región. En los últimos dos años la actividad ha tomado un dinamismo particular incrementándose un 25% aproximadamente, teniendo presente además que este instrumento fue el único que se vio activado en los momentos de desconfianza bancaria que atravesó el país después del año 2002.
Actualmente las condiciones para el financiamiento están directamente relacionadas al monto del ingreso que percibe el usuario, partiendo de un piso de $700, que se aplica en vista de que la característica principal de la mayoría de los adjudicatarios es la de relación de dependencia laboral. Por otro lado el máximo de financiamiento obtenido es de $1000 tanto en créditos personales como en tarjetas de créditos, las cuales operan con plazos de hasta 12 meses.
En cuanto a la devolución del importe esta fuertemente relacionado con el plazo del préstamo (principalmente) y con los acuerdos que se mantuvieron con el cliente en el momento de la solicitud.
El caso especial de las tarjetas de créditos, el importe y la cantidad de cuotas se pactan cuando el cliente concurre a cancelar el saldo de la tarjeta. En su mayoría la utilización de pocas cuotas (menos de tres) no conlleva egresos en conceptos de interés, mientras que si se cancela entre 4 y 12 cuotas el interés varía en promedio al 4%.
Por último es interesante ver el destino o funcionalidad de estos instrumentos de financiación dentro de la conducta de los riocuartenses.
La asignación de los montos adquiridos, tanto en la Ciudad como en la Región sur del departamento se encuentra claramente localizados en dos industrias.
Por un lado, la atención de las necesidades prioritarias como lo es la alimentación que muestra que las ventas  en los supermercados, considerado una amplia gama de productos, trabajan con montos provenientes de esta modalidad en aproximadamente $ 60.000 por mes.
Por el otro lado, dos artículos del rubro indumentaria. En primer lugar se encuentran las ventas de calzados y zapatillas que acumulan $ 35.000 por mes aproximadamente y en segundo lugar están las ventas de ropa con $ 20.000 mensuales.
Queda entonces visto el hecho que el acudir a este tipo de prestaciones por parte de la ciudadanía tiene el objeto principal de poder enfrentar las necesidades que son de carácter básico, permitiendo manejar sus ingresos de manera más eficiente en el transcurso del tiempo.

Pablo Rivero
Fundación EGE
05/04/07

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