Desde comienzos del mes de Abril la lluvia no se revela significativamente en la zona centro-oeste del país, incrementando la preocupación de los productores agropecuarios, que proyectan un escenario desfavorable para sus plantaciones si la situación no presenta variantes.
La escasez hídrica afecta principalmente los cultivos de la mayor parte de Córdoba, centro-sur de la Pampa, centro-norte de Santa Fe y sudoeste de Buenos Aires. El área se cuantifica en un total de 1.600.000 hectáreas cultivadas, un total del 30% del sembrado nacional.
Las plantaciones que se ven afectadas básicamente son el trigo, que se encuentra en su etapa evolutiva y que hace pensar que si en el corto plazo no se exhiben precipitaciones se comprometerá el rendimiento promedio esperado.
Por otro lado, el maíz y el girasol despliegan un frente problemático distinto, que se refiere a la siembra del grano en suelos con escasos niveles de humedad superficial.
La soja no se escapa de este escenario, por lo que se piensa, como medida alternativa, en diversificar las fechas de siembra para disminuir riesgos.
Esto evidencia un trance de consideración para el país, si se tiene en cuenta que Argentina es en los mercados mundiales uno de los principales oferentes de este tipo de productos, proporcionando una cantidad significativa de grano de soja y siendo el segundo exportador mundial de maíz.
Pablo Rivero
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