La cara de la Ciudad Eterna se ha transformada para la ocasión con cientos de carteles publicitarios en autobuses, calles y plazoletas y edificios públicos que rezan «¡Beatus!» con la foto del pontífice polaco. Los actos se harán este domingo.
Decenas de miles de católicos invaden Roma para asistir mañana en la plaza de San Pedro a la imponente ceremonia de beatificación de Juan Pablo II, el primer pontífice de la era global, fallecido hace sólo seis años.
La cara de la Ciudad Eterna se ha transformada para la ocasión con cientos de carteles publicitarios en autobuses, calles y plazoletas y edificios públicos que rezan «¡Beatus!» con la foto del pontífice polaco.
Las autoridades de la capital han adoptado un dispositivo especial de seguridad para el evento, al que acudirán 16 jefes de Estado, entre ellos los presidentes de México, Felipe Calderón y Honduras, Porfirio Lobo, además de representantes de 87 delegaciones extranjeras.
El controvertido presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, al que la Unión Europea (UE) prohíbe la entrada en su territorio desde 2002 por violaciones de los derechos humanos, deberá asistir también a la ceremonia.
En la lista de asistentes figuran varios príncipes y reyes, como los monarcas de Bélgica, Alberto y Paola y los príncipes de España, Leticia y Felipe.
Para determinar el número de personas que asistirán a la ceremonia habrá que esperar el domingo.
Según el prefecto de Roma, Giuseppe Pecoraro, un millón de personas llegarán a la capital, debido a que ese día se festeja también con un multitudinario concierto el día del internacional trabajo.
El Vaticano minimizó como es tradición las cifras y anunció que unas 300.000 a 500.000 fieles asistirán al evento.
El nuevo beato, entre los Papas que más tiempo han ocupado el trono de Pedro, transformó el rostro de la Iglesia en casi 27 años de pontificado.
Muchos esperan que en la plaza de San Pedro, aparezcan de nuevo los carteles que reclamaban «¡Santo Súbito!» (santo ya), como los desplegados durante los funerales en abril del 2005, uno de los más masivos que se recuerden de un pontífice.
La beatificación del Papa polaco, quien falleció el 2 de abril de 2005 a los 84 años tras una larga enfermedad que el mundo siguió en directo, es el paso previo a la canonización y se lleva a cabo en un tiempo récord, inferior a los cinco años habitualmente necesarios para iniciar el proceso.
El féretro de Juan Pablo II fue trasladado este viernes de su sepultura en las grutas del Vaticano a la tumba de San Pedro, a pocos metros, para pasar el domingo a la planta principal de la basílica vaticana, donde será expuesto el domingo para para beatificación y posterior veneración de los fieles.
El ataúd, que no será abierto, será colocado definitivamente el lunes en la noche, en el curso de una ceremonia privada, en la capilla de San Sebastián, al lado de la capilla en donde se encuentra la célebre estatua La Piedad de Miguel Angel, en el ala derecha de la basílica de San Pedro.
El culto litúrgico del nuevo beato será celebrado el 22 de octubre de cada año, en el aniversario del comienzo del pontificado de Juan Pablo II en 1978.
Para alcanzar su beatificación, fue suficiente demostrar que intercedió en la curación inexplicable para la ciencia humana de la monja francesa Marie Simon-Pierre, la cual padecía la enfermedad de Parkinson, la misma que devastó su salud.
La monja, de 50 años, enfermera de profesión, asistirá a la ceremonia. Para ser canonizado se deberá demostrar que intercedió en un nuevo milagro.
Algo que no tardará en cumplirse, ya que miles de personas han enviado a un sitio internet del Vaticano testimonios de presuntos milagros obtenidos a través de oraciones, pedidos e invocaciones al papa polaco.
En total 270 casos han sido seleccionados para ser estudiados y posteriormente estudiados.