ANTICIPO TD
El fiscal de Instrucción Julio Rivero confirmó la elevación a juicio de la causa por el escándalo en la Alcaidía, donde tres policías fueron imputados por una fiesta de drogas y alcohol con detenidos.
«Este Ministerio Público requiere la citación a juicio de los imputados José María Auce y Oscar Ernesto Gutierrez, como presuntos coautores de los delitos de Peculado y Vejámenes», destacó Rivero en su dictamen.
El hecho fue denunciado por Nancy Carena, quien se encontraba detenida en la Alcaidía y aseguró que fue obligada a practicarle sexo oral a Auce.
La acusación de la mujer fue anticipada a TD Digital y un mes después de los aberrantes episodios, el expediente fue derivado al fiscal Rivero.
“A 50 pesos”
De la investigación del fiscal se desprende que Auce habría sustraido del consultorio médico de la Policía una cantidad no determinada de psicofármacos (Clonazepan 2mg y Alprazolam) para ser comercializados con detenidos bajo prescripción médica.
“Se les habría entregado a varias personas de sexo masculino arrestados en la celda 13 (entre ellos a un sujeto apodado “lechón delgado” y otro llamado “jorobado”) a cambio de 50 pesos por el alcohol y de 30 pesos por las pastillas”, indicó.
Añadió que “se mezclaban los medicamentos con alcohol, agua y jugo de naranja”.
Auce habría entregado, además, a 3 mujeres 14 pastillas. Una de ellas debió ser hospitalizada por la ingesta excesiva de los psicofármacos. A dos de las mujeres les exigió canjear la droga por besos.
Un antro
El centro de reclusión de la Unidad Departamental aparece como un antro en el que convivían decenas de presos con falta de controles que quedaron expuestos tras la fuga de un detenido y el escándalo del 27 de enero de 2010.
La situación que se dirime en los ámbitos tribunalicios suma preocupación en la cúpula de la Jefatura.
El doctor Juan Vila, abogado de Auce, había señalado que “hay un funcionamiento sumamente deficitario en la unidad de detención”.
Vila precisó que es un problema generalizado en la Provincia, aunque resaltó que la situación en Río Cuarto solo profundizó las sospechas.
Con 26 años y un cargo de oficial ayudante, Auce estaba como responsable del control de más de 30 presos, algunos de ellos detenidos por delitos graves y con larga experiencia en las leyes que rigen la Alcaidía.
El policía que lo acompañaba a Auce se había ido a dormir y ningún jefe inspeccionaba su accionar.
Según señaló Auce, en el expediente consta que la enfermería, de donde se habrían sustraído los medicamentos, se podía abrir con una tarjeta cuando no había llave. Es decir, cualquiera podía acceder sin mayores restricciones.
La enfermera policial sabe que faltaron numerosos medicamentos luego de que se advirtiera a los presos caer dormidos sin responder al más mínimo estímulo. Sin embargo, no hay inventarios. Nadie sabe formalmente que entra y sale de ese lugar.
“Se estaban creando las condiciones para que cosas graves sucedan”, admitió Vila quien resaltó que “Auce es de familia de policías y sabe lo que significa el uniforme”.