La presidenta Cristina Fernández de Kirchner y su par de Venezuela, Hugo Chávez, remarcaron hoy la importancia de la Unasur como ámbito para «resolver los conflictos» de la región «en paz y sin violencia», tras una reunión a solas en la que evaluaron la relación bilateral y firmaron una serie de convenios.
En un mensaje ante la prensa en el Salón de las Mujeres del Bicenetenario de la Casa de Gobierno, la mandataria argentina destacó «el gran esfuerzo de los hombres y mujeres de América del Sur para que las dificultades, los conflictos y las diferencias pudiéramos resolverlas en casa, en paz y con nuestros propios instrumentos».
«Si se mira en términos de `civilización y barbarie`, los presuntos bárbaros de América del Sur pudimos resolver civilizadamente y en el marco del derecho internacional, situaciones de gran conflictividad, con una inmensa voluntad de paz», dijo Fernández de Kirchner.
La jefa de Estado señaló que «cuando una mira el mundo, los presuntamente civilizados resuelven las cuestiones a los bombazos».
En ese marco, señaló que se siente «muy orgullosa de ser americana del sur y formar parte de la Unasur, y de hacer honor a esa tradición de paz y concordia que tenemos aquí».
Por su parte, Chávez se refirió al aporte de Argentina para la creación de la Unasur, al señalar que «desde Néstor y ahora Cristina el gobierno argentino jugó un gran papel para la configuración de una gran unidad del bloque sudamericano» y calificó al bloque sudamericano como «vital» para la región.
El mandatario venezolano destacó asimismo que -durante la reunión- los presidentes revisaron «convenios de cooperación política, social y económica, así como de inversiones, y vamos a firmar nuevos convenios para fortalecer esa integración y consolidar nuestra América del Sur».
Los mandatarios relataron que la reunión a solas comenzó con la exhibición por parte de Fernández de Kirchner de los índices que demuestran un descenso en la desigualadad de la Argentina, a través del crecimiento económico «con distribución y no para favorecer a elites».
Al respecto, Chávez elogió el crecimiento de la economía argentina «pero no para beneficiar a una elite sino para distribuirla en función de las necesidades básicas del pueblo».
Por su parte, Cristina dijo que le mostró a Chávez «con orgullo» el índice de Gini -que es una medida de la desigualdad ideada por un estadístico italiano- que pasó de «0,476 cuando asumió Néstor Kirchner en 2003 a 0,394, la marca más baja desde 1982», lo que representa «un esfuerzo muy grande de Argentina y del modelo».
En otro tramo, destacó el plan de Venezuela para construir 2 millones de viviendas y dijo que el gobierno argentino «va a ayudar a que lo hagan».
Asimismo agradeció «la actitud de Venezuela para saldar la situación de cubrir la secretaría general» de la Unasur, que quedó vacante luego de la muerte de Néstor Kirchner, y remarcó el acuerdo entre Colombia y Venezuela para que durante 2 años se desempeñe en él la canciller colombiana María Emma Mejía y luego el ministro venezolano Alí Rodríguez.
Los discursos de ambos mandatarios fueron cortos -el de Chávez duró apenas 5 minutos- ya que rápidamente partieron a Tandanor, en el puerto de Buenos Aires, donde se concretará la firma del contrato para la construcción de 16 barcazas destinadas a la petrolera estatal Petróleos de Venezuela S.A.
Hacia el final de los discursos, Chávez le dedicó un elogio a Cristina: «Seguirás siendo la lidereza de esta gran nación argentina», en un guiño a favor de la reelección de la mandataria para las elecciones de octubre.
Cristina, en tanto, le agradeció que haya sido breve en su discurso y le recordó que Kirchner siempre le decía que «si hablaba mucho, le iba a tirar con un vaso de agua».