El nene se resbaló y cayó al fondo. Desde allí dijo que estaba dolorido y mojado. Con el paso de las horas entró en hipotermia y se fue adormeciendo.
Leonel Cuevas, de tres años, quedó atrapado y murió esta noche tras caer en un pozo de agua para riego de unos 20 metros y 45 centímetros de ancho.
Luego de aproximadamente 5 horas de rescate lograron sacar el cuerpo del niño.
La estrechez del pozo dificultó el trabajo, pese a que Edith, una hermanita suya de 5 años, colgada de una soga, intentó sin éxito colocarle un arnés.
“Le toqué la cabecita”, dijo al salir Edith. Pero no logró colocarle el arnés que le dieron los bomberos. El nene habló y lloró mucho desde las 21,15 cuando cayó al pozo. Pero a medianoche inclinó su cabeza y las esperanzas comenzaron a desvanecerse. Dormido o tal vez desvanecido, su rostro se hundió en el lodo del fondo del pozo.
Leonel murió en una zona de de viñas 40 kilómetros al noreste de la capital de Mendoza. Los Cuevas, una familia boliviana que además de Leonel y Edith tienen otros hijos de 1 y 7 años, habían llegado de visita a la finca El Pehual, de Fray Luis Beltrán, departamento Maipú. Allí los nenes se pusieron a jugar cerca del pozo para riego, apenas tapado con unas chapas y ladrillos.
El nene se resbaló y cayó al fondo. Desde allí dijo que estaba dolorido y mojado. Con el paso de las horas entró en hipotermia y se fue adormeciendo.
Su mamá, en un momento de desesperación ató a Edith con una manguera y la zambulló de cabeza en el pozo, pero no llegó al sitio donde se encontraba Leonel .
Personal de Bomberos Voluntarios y de la Policía de Mendoza intentaron el rescate. Como se escuchaba su llanto, hacia las 23 (la caída ocurrió a las 21,15), el jefe de Policía, Juan Carlos Caleri, había dicho que se encontraba con vida. Finalmente dio la fatal noticia.
Temprano, al escuchar los gritos de Leonel, sus familiares se acercaron a la orilla del pozo y le preguntaron cómo se sentía. Desde la negra profundidad alcanzó a hablarles.