El argentino Rodrigo Moreno entrará hoy en la competencia por el Oso de Oro en el 61ro. Festival Internacional de Cine de Berlín con su película “Un mundo misterioso”, una propuesta singular en la que registra la errancia absurda y existencial de un hombre que es abandonado por su novia y a quien el mundo se le torna inexplicableLa nueva película escrita y dirigida por Moreno, quien ya había competido en Berlín en 2006 con “El custodio”, opera prima con la que ganó el premio Alfred Bauer, es una coproducción argentino-alemana que protagonizan Esteban Bigliardi, Cecilia Rainero, Rosario Bléfari, Leandro Uria, Germán De Silva y Lucrecia Oviedo.
“Me sorprende un poco volver a competir en Berlín, ya que la mía es una película que va en contra de todo lo que un Festival como Berlín puede esperar de una película”, sostuvo Moreno.
Luego precisó: “Me parece extraño y creo que ellos deben estar replanteándose algo, aunque no sé muy bien qué será, porque `Un mundo misterioso` no juega ni con el virtuosismo visual ni con lo autoral”.
En una entrevista con Télam, el cineasta opinó que “es muy loco hacer una segunda película. Con la primera no sabía bien con qué me iba a encontrar y en esta lo que me pasó fue que empecé a filmar de una manera que se me impuso. Me doy cuenta ahora que no sé filmar de otra manera. En los buenos directores eso es el estilo, y en personas como yo es la única manera”.
Asentada en el absurdo, “Un mundo misterioso” es una comedia urbana, por momentos desopilante, que narra las desventuras de Boris (Bigliardi), que es dejado por Ana (Rainero) y decide librarse a la deriva y el azar: se aloja en un pequeño hotel donde se alimenta con pan y mostaza, compra un automóvil rumano que no quiere arrancar, se cruza con varias mujeres, lee cualquier cosa para matar el tiempo y busca infructuosamente volver con su novia.
En relación al nuevo rumbo que le está dando a su carrera, el cineasta -quien también codirigió “El Descanso” y participó con un corto en “Mala época”- señaló que “ese guión que podría haber sido una comedia está dirigido justamente con la ineficiencia que yo puedo tener para dirigir una comedia, y es justamente esa falla o ineficencia lo que me interesa”.
“El cine se vuelve cada vez más eficaz, se buscan fórmulas para filmar y eso va en contra de lo que uno quiere narrar. Para mí, esta película fue una respuesta a todo eso. Es como un desvío. No quisieron convertirme en un autor o un director internacional. No quiero ser ni profesional ni eficaz. Y ese era un punto importante para mí, desviarme del sistema de producción imperante”, agregó.
En ese sentido, Moreno recordó una escena de la película en la que Boris recorre una librería: el librero le ofrece una novela llamada “Gran Prix”, del mismo autor de “Gran Slam”, que se colgó del éxito de su primer libro para ahora poder escribir cualquier cosa, y ambos concluyen en que es mejor que sea así, porque, sino, se hubiera convertido en un escritor de best sellers.
“Al igual que él, yo no quiero convertirme en un cineasta de best sellers, y esa es un poco mi moral cinematográfica”, señaló el director, para quien “esta película tiene mucho más desvío y desviaciones que otras, ya que todo el tiempo se detiene en lo que parece no relevante ni fundamental”.
“¿Por qué siempre tiene que pasar algo?” se preguntó Moreno, y destacó: “Hoy todo el tiempo se le pide al cine que suceda algo espectacular. Yo no estoy tan seguro de esa idea televisiva del rating. Ni tampoco quería que hubiese un tema por delante de la película, un tema tan importante que no me dejara reflexionar sobre todo lo demás”.
Aunque el punto de partida del filme se vincula con sus propias vivencias (la compra de un auto usado que andaba mal y con el cual se quedó varias veces varado en la ruta hacia La Plata), Moreno dijo que su película “no es deliberadamente biográfica, pero todo lo que se cuenta nos ha pasado alguna vez. Trato siempre de contar lo que observo, lo que he vivido y lo que conozco”, agregó.