En la UNRC se desarrolló un seminario como parte de los lazos con la Escuela Nacional Florestan Fernandes (ENFF) de Brasil, perteneciente al Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST). Las actividades, que se extendieron por seis días en el campus, se orientaron a fortalecer análisis de tipo económico y político, además de articular sectores del campo popular, de cara a desafíos sociales que requieren de formación y compromiso, según se consignó desde la organización.
Carlos Rang, coordinador, consideró “un placer” que el encuentro haya sido en “una universidad pública y nacional” por cuanto “el conocimiento es muy importante para los pueblos latinoamericanos”. Agregó que es preciso “profundizar el conocimiento estratégico, es decir, que sirva a toda la sociedad”. Sostuvo que el saber “debe permitir que trabajadores se articulen, se amalgamen” así como el valor de “formar cuadros políticos, gremiales y técnicos”.
El docente apuntó que “somos trabajadores y debemos serlo objetivamente y subjetivamente”, lo que implica “encontrarnos al lado del pueblo”. Marcó la importancia de “que la gente se comprometa, dentro y fuera de la universidad” y agradeció el trabajo voluntario de profesores, no docentes y estudiantes para el seminario.
Antes y después del acto oficial de apertura hubo mesas temáticas con la presencia del profesor Mario Sosa (Ciencias Económicas, UNRC); Paula Porras, docente de la Universidad Autónoma do México e integrante del Observatorio Latinoamericano de Geopolítica, y Lourdes Regueiro, miembro del Centro de Estudios para América de la cubana Universidad de La Habana.
Rol de la educación
Erivan Hilario Dos Santos, referente del ENFF, detalló que “tenemos 2 mil escuelas formales reconocidas, un Instituto de Formación Profesional y escuela de formación de cuadros con “más de 40 convenios con universidades brasileñas”. Agregó que el MST está en 24 estados de Brasil y el distrito federal. A estos lazos se suma el que mantiene con la UNRC, primera casa de altos estudios de Latinoamérica que trabaja en conjunto con la Escuela Nacional Florestan Fernandes.
Dos Santos afirmó que “los pueblos no aceptan más vivir sin escuelas ni universidades”, lo cual constituye “un derecho consolidado y se enmarca en las luchas sociales”. Señaló que “la universidad debe ser ocupada por los pueblos” y abogó por un “encuentro de la academia con la vida”. Planteó que las casas de altos estudios han de tener “contacto con algo más grande que ellas mismas” y que en su interior anida “el potencial para que el trabajador se apropie del conocimiento”.
El final del acto estuvo dado por las palabras del vicerrector. Bessone se refirió a “la grave crisis estructural del capitalismo”, que “afecta todos los niveles de vida”. Aseveró que más allá del “gran desarrollo productivo”, el sistema “junto con el colonialismo e imperialismo causa dispersión” de grupos humanos como también “derroche y destrucción” de recursos naturales. Lo ilustró diciendo que “en 300 años de Revolución Industrial destruimos lo que a la naturaleza le llevó millones de años”.
Sin embargo, se mostró optimista pues “esta crisis es oportunidad para un nuevo camino” con “democracia” y “justicia” y cambio del mapa de pobreza en el Sur y transferencia de riquezas hacia el Norte. “La supervivencia de todos” debe ser un “objetivo de primer orden, no negociable”. En este marco, “la distribución de la tierra” y la inversión rural son alternativas para disminuir la sobre-urbanización y su consecuente generación de pobreza en las ciudades.
Bessone manifestó que “hay que reivindicar la soberanía sobre los recursos naturales”, botín codiciado por “las potencias”, que apelan a “la guerra” para conseguirlos. Y advirtió que “América Latina no está al margen” de esto. Asimismo, aludió a las “nuevas tecnologías de información y comunicación” en tanto que “instrumento de dominación ideológica” pero también posibilidad “para diseminar el pensamiento crítico” que sirva a la construcción de “un post capitalismo”.
Del seminario tomaron parte agrupaciones estudiantiles y de trabajadores.