Incluir en el menú de Navidad y Año Nuevo carnes magras, vegetales y frutas frescas, tomar poco alcohol y moderarse al servir las porciones es la clave para evitar trastornos digestivos, dolor de cabeza y la suba de la presión arterial en las fiestas, recomendaron hoy fuentes médicas.
Los nutricionistas señalan que los platos navideños y de Año Nuevo siguen, en muchos casos, la tradición europea, donde en esta época del año predominan las temperaturas bajo cero y se emplean en las comidas frutas secas y carnes con alto contenido graso, que son inapropiadas consumirlas cuando hace calor.
Graciela Fuente, jefa de la Unidad de Nutrición del Hospital Durand, dijo a Télam que «sin niguna duda a los argentinos nos falta incorporar la palabra moderación y selección a la hora de comer en las fiestas, porque el menú es amplio y con alto valor calórico».
«Es insalubre con térmicas que superan los 30 grados comer alimentos grasos, frutas secas, postres en cantidad y tomar alcohol en forma excesiva», alertó Fuente.
La nutricionista opinó que «hay que cambiar la cultura y servir en las fiestas comidas frescas ricas en vegetales y frutas de estación que aportan líquidos y fibras al organismo, carnes magras y evitar alimentos con grasas saturadas como mateca y mayonesa».
Un menú apropiado para las fiestas «sería una entrada con vegetales crudos y después una porción de carne o pollo con distintos tipos de elaboración fríos o a la parrilla, acompañado con variedades de ensaladas donde no predomine la mayonesa o la crema, sino por ejemplo la manzana, el apio y el tomate».
Fuente recomendó como postre «una ensalada de frutas y a la hora del brindis si no hay una contraindicación médica, no está mal hacerlo con una copa de sidra o champagne con una porción moderada de pan dulce y dos almendras y dos nueces como máximo».
«Otra cosa importante es mantener la higiene de los alimentos y cuidar la cadena de frío, es decir sacarlos 15 o 20 minutos antes de servirlos de la heladera para evitar trastornos digestivos e intoxicaciones».
En igual sentido, Mónica Katz, nutricionista de la Universidad de la Fundación Favaloro, coincidió en que en las fiestas «los argentinos comemos de más, como si fuera pleno invierno respecto a las calorías y eso trae problemas digestivos y dolor de cabeza».
Katz sostuvo que «sería conveniente incluir en las fiestas alguna carne magra: pescado, pavita, carré de cerdo, lomo o pollo, acompañado de guarniciones que incluyeran algo denso en calorías, pero siempre acompañado de vegetales».
«De esta forma siempre balanceamos la densidad calórica del menú y lo mejor es, sin duda, servir un plato a cada comensal y, si se desea, incluir una entrada y un plato principal», puntualizó.
Katz destacó que «en general hay problemas digestivos y atracones en las fiestas y sucede porque mucha gente come como si fuera la última cena con altos contenidos de sal que afecta sobre todo a los hipertensos».
«Ni hablar de los dietantes crónicos que viven eternamente a 1.000 calorías por día y, al enfrentarse a la comida libremente, no son capaces de manejar la alimentación y comen hasta 3000 calorías en una noche», alertó.
Según la nutricionista, «en general lo mejor es optar por un plan alimentario simplemente saludable» y criticó las dietas extremas después de las fiestas, «porque si intento así reparar los errores, voy a preparar tal vez un descontrol o un atracón futuro».
En cuanto al consumo de alcohol, señaló que lo ideal es manejarlo con el objeto de brindar y desde un lugar de placer.
Además es fundamental recordar la regla básica: en la mujer una copa de alcohol lleva dos horas para ser metabolizado y en el hombre una hora, «y eso hay que tenerlo en cuenta para disfrutar sin accidentes