El domingo a la noche dos personas fueron baleadas tras una ráfaga de disparos en la plaza del Registro Civil. Los testigos, muchos de ellos familias con niños, aseguran que se escucharon al menos unos 10 disparos y luego se dieron a la fuga. Una de las personas baleadas es una chica de 32 años sufrió un disparo en un glúteo y fue trasladada en una camioneta hasta el Hospital. La joven está fuera de peligro y ya fue dada de alta, pero debe guardar reposo. Francisco Leyton, otra víctima de la balacera, asegura que “los disparos fueron sin mediar palabras” y que “tiraban a quemarropa, sin mirar a dónde”. Tiene el proyectil alojado en la pierna y ahora debe ser monitoreado para ver si es necesario que lo operen.