«El daño que se produce con los incendios es irreparable, además de la perdida de la vegetación y fauna, a largo plazo, también hay una pérdida de suelo, porque cuando llueve, no hay cobertura vegetal, el agua corre más rápido, se lava, y todo ese sedimento va a las partes mas bajas, por que estamos en zonas de sierras, por lo que la recuperación lleva cientos de años» expresa la Ingeniera Natacha Robert, Consultora ambiental y asesora agroforestal, «practicamente nos estamos quedando sin monte nativo».
El INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) estima, hasta el 1 de octubre, que ya son 191 mil las hectáreas de campo quemadas en el territorio cordobés durante el 2020, lo que equivaldría a 30 veces el tamaño de la ciudad de Río Cuarto.
Respecto a la región de las sierras del sur de Córdoba, que abarca la zona de Alpa Corral, el Chacay, Las Albahacas, entre otras poblaciones contiguas, registra hasta el momento, 57.356 hectáreas quemadas, según indica un informe elaborado por la CONAE (Comisión Nacional de Actividades Espaciales).
«Es posible reforestar todo, seria lo ideal, pero es un trabajo muy arduo y debería ser controlado, pero no es fácil conseguir árboles nativos para tanta cantidad de áreas, por eso insisto en la prevención» señala la ingeniera y agrega «sería un trabajo interdiciplinario, que hay que analizar zona por zona la situación específica de cada lugar, y es muy importante el tema del agua, porque sino es muy difícil que viva el árbol».