En 2017, Lucrecia Piñeiro perdió a su hijo Pedro de tres meses. La mamá había dado de mamar y lo dejó con Gonzalo Gambero, papá del bebé y hasta ese momento su esposo, para ir a trabajar.
Horas más tarde, la llamaron desde el hospital para decirle que Pedro había sufrido una muerte súbita. Con el tiempo, los estudios determinaron que había un hematoma subdural, una hemorragia de retina en ambos ojos y un edema cerebral, indicios que coinciden con el “síndrome del bebé sacudido”.
Ante estas pruebas, el hombre quedó detenido e imputado por homicidio calificado por el vínculo y lesiones graves, pero un juez de Córdoba resolvió que el acusado espere el juicio en libertad porque no había riesgo de fuga.
Hoy el caso toma un nuevo giro y el juez de control rechazó la elevación a juicio por falta de pruebas y pidió investigar también a la madre y a la niñera.
“Lucho por la pronta re vinculación con mi hija como padre, hace tres años que no podemos tener contacto con ella” expresa Gonzalo Gambero respecto a la hija mayor de la ex pareja y añade, “hacía mi persona ya no queda más nada que investigar, queda estudiar a las otras partes, lo cual hace que mi hija también pueda estar en riesgo al estar en contacto con su madre”.