🔸A cada trabajador de la salud, cuya vocación descansa en cuidar la calidad de vida física y emocional de sus pacientes, incluso descuidando intereses y afectos propios.
🔸A cada docente, que hoy deja descansar la tiza para afrontar el desafió tecnológico de llegar a todos sus alumnos, a pesar de las particularidades y desigualdades de cada región.
🔸A cada mujer, que trabaja en su hogar y que todavía lucha por reivindicar sus tareas de “ama de casa”, con las protecciones jurídicas y laborales que merecen.
🔸A cada obrero, que con el esfuerzo de sus manos ayuda a forjar los cimientos del crecimiento.
🔸A cada operario, que, con responsabilidad, reivindica la lucha de la clase trabajadora y construye un futuro más equitativo.
🔸A cada artista, que sufre el golpe desolado de tener que limitar su arte para cuidar a los demás.
🔸A cada ciudadano que hoy se encuentra desempleado y camina contracorriente con la ilusión de poder acceder a un trabajo que le permita sanar sus necesidades básicas y su moral.
⚪A cada trabajador que ya no se acuerda cuantas veces se lavó las manos en el día, que se esfuerza para no tocarse la cara, que se controla para no abrazar a un amigo, que se aguanta para no ir a ver a sus seres queridos porque son parte del grupo del riesgo, que se expone día a día para suplir tareas esenciales, que le cuesta no estresarse con la situación, que trata de mantener la sensatez, que ya no aguanta, que quiere que todo esto pase, que se ilusiona con el “el día después”.
🌎En este contexto complejo, cambiante y marcado por la incertidumbre, en donde todos nos merecemos un “Feliz Día”, abracemos la esperanza de reencontrarnos en un mundo menos aislado y más humano.
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