A River no le dan los números por ningún lado y en ese clima deberá afrontar el Superclásico, expuesto a que una derrota termine por dilapidar en malos términos el primer proyecto de Daniel Passarella como presidente del club.
Todavía en zona de Promoción, hoy el equipo de Ángel Cappa debe mirar por el retrovisor porque ya acecha Olimpo, que con muy poco se le pondrá a la par y hasta lo empujará a los puestos de descenso directo.
El número del miedo es 1,146, deducidos de 102 puntos sobre 89 partidos de las últimas tres temporadas. Está a seis unidades de Huracán, el último que se salva de la Promoción, y atrás lo tiene a Gimnasia, a uno. Y también a Olimpo, que sube y baja con mayor celeridad por ser uno de los ascendidos.
El escenario es el siguiente: si pierde los dos próximos partidos (Boca y San Lorenzo), Gimnasia suma un punto o más y Olimpo gana sus próximos dos partidos (visita a Independiente y luego recibe a Argentinos), River quedará en descenso directo.
¿Imposible? En absoluto, teniendo en cuenta que no gana desde hace siete partidos. Tarde o temprano puede pasar. Y más: una semana después del escenario planteado, River recibirá a Olimpo.