La lucha de la familia Wheeler: «Fuimos a ver a las niñas al colegio de Buenos Aires y en menos de dos minutos teníamos cinco móviles policiales alrededor»

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Jazmín y Ariana no tienen contacto con su madre y sus abuelos desde julio. El padre, perteneciente a la Policía de Buenos Aires, las fue a retirar al colegio que iban en Río Cuarto, se las llevó y cortó todo contacto con los Wheeler. «La agrupación metropolitana lo está defendiendo sin la parte legal en regla. Él tiene todo esto armado desde hace meses», aseguraron.

Este lunes, la mamá, la abuela y la abogada de la familia, fueron a ver a las niñas a la escuela en la que están ahora (en Villa Devoto) y no sólo que no les permitieron verlas niñas sino que quedaron demoradas por la policía. Le piden desesperadamente a la Justicia que tome medidas ya que Fernando De la Cruz tiene denuncias por violencia familiar.

«Ayer encontramos un momento para llegarnos a la escuela y tratar simplemente de verlas, para sacarnos la duda de que realmente estén bien e incluso estén en Argentina. Llegamos al colegio de Villa Devoto y en el momento en que las niñas van saliendo, tiran los bracitos hacia su mamá, desesperadas y con los ojitos llenos de alegría, son arrastradas desde atrás por una persona que no sabemos si es un directivo o la abuela paterna que es la encargada de ir a buscarlas porque el padre ni siquiera la lleva al colegio», comenzó relatando la abogada Adela Tissera.

Y agregó: «En menos de dos o tres minutos teníamos cinco móviles policiales alrededor. Se trata de la Policía Metropolitana donde el padre tiene un cargo bastante alto. Puedo dar fe que este señor estaba sentado en un lugar aparte del colegio dándole instrucciones a más de diez policías. Nosotras estábamos semidetenidas en dirección».

En el mismo sentido, Tomás Wheeler, abuelo de las pequeñas, afirmó que «cuando se maneja de manera corporativa se puede hacer cualquier cosa». «Él (por el padre) tiene muy claro que lo van a defender», indicó.

En tanto, las niñas fueron escondidas en un receptáculo con la abuela paterna e incluso las hacían esconder debajo de la mesa para que la abuela materna no las pueda ver a través del vidrio. Había dos policías delante de la puerta impidiendo a la abuela ver a sus nietas.

La letrada comentó que se basaban en una orden de restricción vencida. «No llevaron una orden judicial, llevaron una fotocopia de una orden de restricción vencida. Nos demoraron como dos horas hasta que firmamos en disconformidad el acta y nos retiramos del lugar sin ver personalmente a las nenas. Constanza llevó unos regalitos por el Día del Niño y la abuela paterna se los tiró», añadió Tissera en el living de Telediario.

Por otro lado, señaló que van a tomar las medidas legales que correspondan porque además están en una forma completamente irregular en ese lugar ya que nunca se les dio el pase desde el colegio de Río Cuarto y la Policía actuó sin una orden judicial.

«Lo bueno fue que las niñas vieron que su mamá y su abuela están peleando por ellas. Estamos seguros que hay muchísima mentira y alienación mental en lo que le están haciendo a esas criaturas. Consideramos que muy pronto vamos a tener una resolución de la causa. Lamentablemente los tiempos de la Justicia no son acorde a los tiempos reales pero la Justicia está llegando. Las niñas tuvieron una entrevista, no tenemos los resultados pero sabemos que fue bastante positiva», manifestó la abogada.

Por último, destacaron que hay muchas instituciones en Buenos Aires que los han apoyado, brindado asesoramiento, como así también la municipalidad de Río Cuarto y la Gobernación de Córdoba.


Es un relato angustiante, lleno de impotencia. Constanza Wheeler tiene dos hijas que no ve y ni siquiera sabe algo de ellas desde el domingo 21 de julio. Fernando De la Cruz, oficial de la policía de la ciudad de Buenos Aires y padre de las niñas, se las llevó y cortó todo contacto con la familia. Le piden desesperadamente a la Justicia que tome medidas ya que De la Cruz tiene denuncias por violencia familiar.

“Les pido a las autoridades judiciales que por favor traigan a mis hijas pronto porque cada día que pasa se acentúa el daño emocional que les están haciendo al aislarlas y alejarlas de su entorno, vida cotidiana y de su familia. Desde el 21 de julio me cortaron todo tipo de comunicación con mis hijas», expresó Constanza a través de un mensaje que escribió en su celular ya que perdió el habla a causa de un ACV.

Se trata de una situación dramática. Jazmín y Ariana, de 10 y 7 años respectivamente, se encuentran en Buenos Aires secuestradas por su propio padre. Sin embargo, la Justicia no lo considera así. “Comenzamos la vía legal pero eso es lento y este hombre no es una persona muy confiable, tiene antecedentes de violencia familiar y nuestras nietitas están en sus manos. No podemos hacer nada. Es la Justicia la que debería apurarse un poquito y tratar de solucionar este problema. No hacemos esto para criticar a nadie. Estamos desesperados”, comentó Tomás Wheeler, abuelo de las niñas.

Además, señalaron que ellas tienen un celular pero no hay manera de comunicarse porque están muy controladas por el padre: “Estamos bloqueados en el whattsapp de las nenas. Siempre nos mandábamos un corazoncito, algún mensaje. Ahora no tenemos cómo ponernos en contacto con ellas”.

Un dato importante en el caso es el cargo de De la Cruz, quien pertenece a la policía metropolitana. “Él siempre dijo que tenía muchos vínculos con el poder y que cuando él quisiera se iba a quedar con las nenas. Teníamos firmado un convenio de visita que siempre intentamos respetar desde ambas partes pero esta vez él no lo respetó. Le propusimos viajar pero tampoco hay caso. No quiere que ninguno de la familia tome contacto”, añadieron en el living de Telediario.

Y sintetizaron: “Es como un secuestro pero la ley no lo considera así y por eso va todo tan lento. Le pedimos a la Justicia que entiendan que esas niñas están en peligro. Además hay otra intencionalidad: el padre dice que no ellas no quieren tener contacto con nosotros. Y cuando venían de Buenos Aires, a Constanza no le decían mamá, la llamaban por su nombre. Les lava el cerebro y él se siente impune por su forma de ser, por sus contactos”.

La familia argumenta que las autoridades judiciales pueden mandar a buscar las nenas y traerlas. Es por esto que le solicitan de manera desesperada al fiscal Miralles (“dijo que esto se resolvía en tres o cuatro días”) que tome cartas en el asunto. “No es nada en contra del fiscal, sólo queremos a nuestras nietas de nuevo”, subrayó su abuela, Gladys Morales.

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