«La preocupación es por los costos que genera sabiendo que, a diferencia de un domicilio común, acá los consumos son elevados y tampoco tenemos un ingreso fijo para poder pagar los servicios», comenta Jimena Stefanía, quien agrega que últimamente siempre están solicitando ayuda.
«La gente es muy solidaria y a veces aporta dinero, vamos juntando y se pagan las boletas pero los costos que estamos teniendo mensualmente son muy altos. En la última boleta de gas llegó 12 mil pesos, a pagar en el mes, y de luz, 8 mil pesos. Tratamos de ahorrar pero las hornallas son grandes, son muchas horas de cocción y eso genera consumo», agrega.
Hoy, en el Hogar, dependen de la solidaridad. Y aunque intentan buscar estrategias para reducir el consumo, igualmente los costos son elevados. «La boleta de gas aún no se ha pagado», concluye.