La matanza, ejecutada por al menos un hombre armado durante las plegarias del viernes en la ciudad de Christchurch, es el peor tiroteo masivo sufrido por el país y ha sido condenado por numerosos países de la región.
La policía detuvo a cuatro extremistas de derecha, uno de los cuales ha sido acusado de asesinato, y desactivó explosivos a punto de estallar. «Esto solo puede ser descrito como un ataque terrorista», afirmó la primera ministra.