Hasta el momento, al menos 40 personas han fallecido y más de 250 se encuentran desaparecidas tras la rotura de una represa del gigante minero Vale en Brasil que se produjo este viernes. A raíz de esto, un río con residuos minerales y lodo sepultó las instalaciones de la empresa y diversas viviendas en áreas rurales.
El gobernador de Minas Gerais, Romeu Zema, admitió que la probabilidad de encontrar supervivientes es mínima y señaló que el número de víctimas puede ser mayor que hace tres años, cuando la rotura de unos diques de la minera Samarco, que también tiene participación de Vale, provocaron la muerte de 19 personas en el mismo estado.
Por su parte, el presidente Jair Bolsonaro sobrevoló este sábado la zona cubierta por el alud de barro y observó la situación en la localidad de 39 mil habitantes, parcialmente cubierta por el lozadal. “Adoptaremos todas las medidas posibles para minimizar el sufrimiento de las familias y las víctimas”, expresó el mandatario en su cuenta de twitter.
En tanto, grupos y activistas ambientales dijeron que el derrame “es una triste consecuencia de las lecciones no aprendidas por el gobierno brasileño y las compañías mineras responsables de la tragedia en la presa Samarco, también controlada por Vale, en Mariana”, señaló Greenpeace a través de un comunicado.