A partir del año 2003 la presión impositiva subió sostenidamente hasta llegar al 2009 a 32,1% del PBI.
Una de las definiciones más importantes que contiene el proyecto de presupuesto del año 2011 es que seguirá creciendo la proporción de ingresos que los ciudadanos deben destinar a impuestos.
Como el crecimiento de los recursos fiscales no se refleja en mayor cantidad y calidad de los servicios que suministra el Estado, se acentúa el rechazo a pagarlos, especialmente los más progresivos como el impuesto a las ganancias.
El sacrificio se concentra en las familias más pobres al apelar a tributos altamente regresivos como el impuesto inflacionario y las cargas sociales.
Tras la presentación del proyecto del Presupuesto Nacional, uno de los items de mayor importancia es el que se deduce de la programación de los ingresos fiscales. Más concretamente, para el año 2011 se contempla profundizar el proceso iniciado en el 2003 de imponer un crecimiento de los impuestos por encima del aumento de los ingresos de la población.
Asumiendo conservadoramente que la presión de los impuestos provinciales se mantiene en el nivel del año 2009, con datos del Ministerio de Economía y la información presentada en el proyecto de Presupuesto se puede observar que:
· Entre los años 1993 y 2003, los impuestos recaudados por la Nación y las provincias se mantuvieron en el orden del 21,1% del PBI.
· A partir del año 2003 la presión impositiva subió sostenidamente hasta llegar al 2009 a 32,1% del PBI.
· Para el año 2011, se proyecta que la presión impositiva alcance el 35% del PBI.
Si a estas estimaciones se le agregan los impuestos municipales y los recursos que obtiene el Estado a través de la inflación, por la pérdida de valor que sufre la moneda como consecuencia del aumento de los precios, se llega a que en el año 2001 la presión impositiva se ubicará en el orden del 40%.
Fuente: IDESA