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El millonario derrotó al xeneize por 3 a 1 en el Santiago Bernabeu ante 62 mil espectadores, tras ir en desventaja. Darío Benedetto a los 43 del primer tiempo marcó para Boca. En la segunda parte, a los 67 Lucas Pratto puso la igualdad. El 2 a 1 llegó gracias a Juan Fernando Quintero a los 108 minutos (ya en el tiempo suplementario) y Gonzalo Martínez selló el 3 a 1 definitivo en tiempo cumplido.
No pesó el cambio de sede para los dirigidos de Gallardo. Lo que se sabía desde que comenzó la previa, de que River funcionaba mejor como equipo y que Boca tenía capacidad de llegar al gol sin lucirse, quedó nuevamente en evidencia, fue el millonario quien en momentos claves del partido, supo elaborar la victoria.
Boca fue superior en el primer tiempo. Logró tener la pelota, sobresaliente actuación de Nahitán Nández en el mediocampo, una defensa bien abroquelada para no dejar jugar a River y un delantero como Darío Benedetto que supo capitalizar un error del equipo rival y no fallar en el mano a mano ante Franco Armani y cerrar un primer tiempo donde Boca justificaba la victoria parcial.
En el segundo tiempo, River entendió que debía igualar el marcador pero sobre todo que tenía con que hacerlo. Con un equipo que tenía la pelota y que llevó a los de Barros Schelotto a defender cada vez más cerca del arco de Esteban Andrada llegó el gol de Lucas Pratto, tras una gran jugada colectiva.
En los 90 minutos el 1 a 1, le quedaba bien al encuentro. Se había superado un tiempo cada uno.
En tiempo suplementario, Boca que buscaba recuperar la posesión del juego, sufrió la expulsión de Wilmar Barrios por doble amarilla. Esto cambió totalmente el partido. River no solo tenía superioridad numérica sino también física. En Boca, la mitad de sus jugadores padecieron llegar al alargue (Benedetto con molestias, había sido reemplazado por Ábila, que no estaba bien físicamente, Nández jugó el suplementario muy desgastado, Buffarini de gran partido, terminó acalambrado igual que Olaza y si a eso le sumamos que Fernando Gago que había ingresado por Pablo Pérez lesionado, se volvió a romper el talón de Aquiles y el xeneize quedó con nueve jugadores en cancha, el panorama era muy complicado para los de Guillermo.
El ingreso de Quintero en la banda, le dio el fútbol y la movilidad que los de Gallardo necesitaban. En otra buena combinación colectiva, el colombiano remató desde afuera del área y puso el 2 a 1, ante un Andrada que nada pudo hacer para evitar la caída de su arco.
Leonardo Jara ingresado en el alargue, al igual que Carlos Tévez (que tuvo menos de 10 minutos para jugar y su equipo con nueve jugadores), tuvo en tiempo cumplido la jugada del 2 a 2. Tras un despeje de la defensa de River, le quedó la pelota dentro del área y remató de aire, pegando en el poste y luego al córner.
Se terminó una final bochornosa desde lo organizacional, donde la dirigencia Argentina y la de Conmebol demostraron que siempre se pueden hacer las cosas peor. España fue quien puso el escenario y organizó la final que no pudo Argentina.
Poco le importó a River, que volvió a imponerse ante su clásico rival. Ya suma 4 libertadores en su vitrina, jugará nuevamente la Recopa Sudamericana y desde el próximo miércoles el Mundial de Clubes en Abu Dhabi.
Por el lado de Boca, son muchas dudas y pocas certezas. Un equipo que puede jugar mucho mejor a lo que ha jugado con este entrenador, así todo le alcanzó para ser bicampeón argentino y finalista de Copa Libertadores pero no para derrotar a River que sigue festejando cuando deben enfrentarse.
¿Seguirá Guillermo?, ¿Que pasará con Carlos Tévez? ¿Fernando Gago intentará torcer el destino de una carrera exitosa pero plagada de lesiones y volver a jugar?. Solo el tiempo nos dará las respuestas.
Pablo Ramón