Una búsqueda que tuvo el mejor final. Después de 16 meses tratando de ubicar al Pug carlino que habían robado en la localidad de Sampacho, la familia de Fermín lo encontró este sábado en la ciudad de Olavarría (Bs. As). El aviso surgió de una rescatista de dicha ciudad bonaerense quien se contactó por redes sociales.
El martes 9 de mayo de 2017 fue la última vez que Fermín pasó con su familia antes de desaparecer. «Era una noche fea, lluviosa, nosotros abrimos el portón para sacar el auto y Fermín salió. Lo buscamos hasta las cuatro de la mañana pero no lo vimos más. Fue terrible no saber dónde estaba», comenta Yanina Peruchini, dueña del perro.
La familia inició esa misma noche una intensa búsqueda ya que contrataron hasta drones para volar la zona del pueblo por si estaba en algún patio. «En un momento como ese hacés cosas que nunca pensaste que ibas a hacer», confiesa Yanina. Además de golpear todas las puertas de Sampacho y colocar afiches por todas partes, llevaron un perro de Las Higueras preparado para búsquedas.
En medio de la desesperación, recibieron muchos mensajes y avisos de perros que aparecían pero no terminaban siendo Fermín. Sin embargo, nunca perdieron las esperanzas. Y así fue que el miércoles pasado una rescatista de Olavarría, Milagros López, les avisó a través de la fan page creada para la búsqueda del can, que había aparecido un perro en esa ciudad y les recomendó que se pusieran en contacto por si llegaba a ser Fermín.
«Mili lo llevó a una veterinaria y como Fermín tiene dañada la columna, le hicieron una placa y cuando compararon con las placas que les enviamos nosotros se dieron cuenta que coincidían y pensamos que era él. El viernes hicimos una videollamada y nos empezó a buscar por todas partes, nos había reconocido», señala Yanina.
Con toda la ansiedad del caso, Yanina viajó el sábado a Olavarría junto a su pareja y su hijo. «Primero me bajé yo del auto y como había mucha gente en la casa le costó un poco reconocerme personalmente al principio pero cuando me olfateó se me tiró encima y fue una locura», dice emocionada.
Además de la importancia de recuperar a un miembro de la familia como para muchas personas son sus mascotas, el reencuentro fue particularmente especial con Gio, hijo de Yanina y Lucas. Esto se debe a que el chico de 12 años presenta síndrome de Asperger, una condición neurobiológica que genera dificultades a la hora de sociabilizar y es por eso que la familia compró a Fermín. Según Yanina, «a Gio le cuesta mucho tener amigos y Fermín le hizo muy bien, se convirtió en su mejor amigo. Cuando el perro se perdió fue terrible».
Tarda en llegar y al final hay recompensa reza una canción de Soda Stereo y así lo siente la familia de Fermín. «Estamos felices», repiten desde la casa y agregan: «ahora estamos pendientes todo el tiempo de si la puerta está o no cerrada por temor a perderlo de nuevo. Además, este lunes ya retomamos su tratamiento porque está muy flaco, se le notan todos los huesitos y sus patitas están bastante desmejoradas».
Por último, sobresale un dato muy curioso en esta increíble historia. El detalle tiene que ver con la casa de Olavarría en la que apareció Fermín. Resulta que dicha vivienda tiene el número 1037, misma cifra de su casa de Sampacho. «Nos puso la piel de gallina», concluye Yanina.