Solamente el vecino Francisco Jullier ya ha realizado 22 denuncias pero la Policía Ambiental no les brinda ninguna respuesta.
Se trata de los vecinos del Barrio Los Caciques, quienes ya han realizado múltiples reclamos a la Policía Ambiental contra “Grasas comestibles SRL” pero la contaminación los sigue afectando ya que los ceses preventivos que se les han aplicado a los propietarios de dicha grasería no son respetados. Éstos, además, aprovechan los horarios nocturnos y los fines de semana para evitar ser descubiertos infraganti.
Según los habitantes del lugar, esta quema de huesos a la intemperie, humos tóxicos y olores nauseabundos datan desde hace años. El problema es que ahora ya no saben qué más hacer por los malestares que les producen, como náuseas, irritación de ojos, dolores de cabeza, entre otros. A raíz de esto, temen por la salud de ellos mismos y fundamentalmente de los niños que viven en el barrio.
Solamente el vecino Francisco Jullier ya ha realizado 22 denuncias pero la Policía Ambiental no les brinda ninguna respuesta. “Hemos ido a la Policía Ambiental Central en Córdoba y allá nos dijeron que se han quedado sin elementos para accionar y que están los fueros penales a la espera de que se dictamine qué resolución tomar”, comenta Jullier.
Además, los habitantes del barrio, el cual está compuesto por 322 lotes, más de 100 viviendas y 60 familias, consideran que no sólo corren riesgo por el tóxico que contamina a toda la zona sino también por el peligro de incendio, más aún en una época de sequía.
Ante la lamentable situación, sienten que la preocupación pasa por la falta de respuestas por parte de la Policía Ambiental. Ésta se acercó al lugar por última vez el 8 de marzo, día en que descubrió a las personas de la grasería en actividad y les colocó una multa. Sin embargo, hoy en día, continúan en su accionar de manera frecuente. A pesar de todo, los vecinos tienen la esperanza de que el conflicto se resuelva pero por el momento no ven avance en ningún sentido.