En una noche para el olvido, el estadio de Estudiantes fue epicentro de un pésimo arbitraje, la violencia y la inevitable suspensión del partido. El celeste y Central Córdoba empataban 2 a 2 cuando hinchas locales invadieron el campo de juego para agredir a los jugadores.
El árbitro Luis Lobo Medina decidió suspenderlo y fue duramente cuestionado por fallos que resultaron claves para el resultado final.
Antes del bochorno hubo un partido que el local había comenzado ganando con los goles de Bruno Sepúlveda (14 min pt) y Maximiliano Comba (2 min st) y el empate se produjo con las conquistas de Diego Jara, de penal (18 min st) y Pablo Ortega (25 min st).