Desde la Federación Argentina de Cardiología lo definen a los soplos como sonidos del corazón agregados a los dos que ya conocemos cuando late el corazón. Su nombre responde al hecho de que tienen un sonido silbante, similar a un “soplido”.
El eco doppler color, la radiografía de tórax y el electrocardiograma son estudios que facilitan la detección.
Existen dos tipos de soplos: los inocentes o funcionales –que no son patológicos– y los orgánicos, que son la expresión de una patología cardiovascular.
Los soplos inocentes no requieren ningún tratamiento y permiten desarrollar una vida normal con libre práctica de deportes.
Los soplos orgánicos siempre son patológicos y deben ser evaluados y tratados por cardiólogos pediatras.
Afortunadamente, la gran mayoría de estos defectos cardiovasculares pueden ser tratados con altas posibilidades de éxito (ya sea por vía endovascular o por cirugía convencional) y luego el niño podrá desarrollar una vida normal.
Es primordial para el futuro de estos niños el diagnóstico prenatal, es decir, antes del nacimiento, lo cual permite aumentar las probabilidades de vida en forma considerable.
Fuente Federación Argentina de Cardiología