Sabemos que algo existe, que se siente, pero sin definición. Es algo que nace con nosotros y con nosotros muere. Cuando los seres humanos o no, son chicos, aman a sus progenitores. Con el tiempo, los «cañones» apuntan hacia otros lados. Las maestras o alguna compañera de grado. Con el tiempo, se pasa a personas mas grandes y es ahí en que se decide que hacer.
Nace el ¿ser o no ser? que se cambia por el si o no. Es que puede primar el interés de algo, confundido o disimulado como amor. Entonces vemos que una jovencita que se «enamora» de un viejete, o viceversa. Pero no solamente los enamoramientos se dan en la vida de personas. Por un equipo de fútbol se deja todo lo demás. Por una idea política, se es capaz de hasta perder la vida.
Pero no solamente lo vemos en personas jóvenes o chicas, las grandes también lo hacen. Aquí lo que prima, en la mayoría de los casos, es el interés. Una empresa, que esta formada por personas grandes, se «enamora» de otra empresa. ¿Hasta cuando? Hasta el momento en que no la necesita mas. Entonces, nace el odio.
Hoy vemos de la forma que se «aman» los sindicatos con la presidencia, aunque hasta hace poco parecía el Instituto de Ciegos. Es donde todos se oyen, se hablan pero no se pueden ver. Lo hemos visto con un diario y la cúpula del poder ejecutivo. Hoy se «quieren matar» ¿Cuánto les duro el «amor»? Hasta que se cansaron. ¿Lo veremos en el próximo «divorcio» que esta en marcha?
No son estables ya que no saben lo que quieren.
Atentamente
Juan R Bell
92061605
Rio Cuarto