Francisco «A Dios sólo le agrada la fé profesada con la vida»

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TEL03 FIUMICINO (ITALIA) 28/04/2017.- El papa Francisco (c) saluda antes de subir a un avión con destino a Egipto en el Aeropuerto de Fiumicino, en Roma (Italia) hoy, 28 de abril de 2017. EFE/Telenews

El papa Francisco afirmó hoy en Egipto que «a Dios solo le agrada el extremismo de la caridad» y convocó a cristianos y musulmanes «a vivir la cultura del encuentro».

«A Dios sólo le agrada la fe profesada con la vida, porque el único extremismo que se permite a los creyentes es el de la caridad. Cualquier otro extremismo no viene de Dios y no le agrada», sentenció este sábado el Pontífice durante su homilía en el Estadio Air Defence de El Cairo, donde celebró misa para unos 15.000 fieles.

La celebración se da en el segundo y último día de su visita al país africano en la que, con el lema «Papa de paz en país de paz», acompañado por Télam y otros medios a bordo del avión papal, ayer se mostró junto al mayor líder islámico de la región, Ahmed El-tayeb, para condenar juntos la «violencia profanada en nombre de Dios».

«La verdadera fe es la que nos hace más caritativos, más misericordiosos, más honestos y más humanos», agregó hoy Jorge Bergoglio, en la celebración que marcó el inicio de la etapa pastoral de su visita, tras haber dedicado el primer día a los encuentros con El-tayeb y con el representante del mayor grupo cristiano del país, el papa corto-ortodoxo Teodoro II.

De todas formas, más allá de la presencia católica, hubo además peregrinaciones a nivel individual de representantes de diversas iglesias cristianas presentes en el país.

El Pontífice inició la celebración con un recorrido de 20 minutos en un papamóvil improvisado a bordo de un auto de golf mientras un coro entonaba «El Cántico de las criaturas», la alabanza a San Francisco de Asís como homenaje al encuentro que en 1219 mantuvo el santo con el sultán Samil Al-Kamil, que muchos consideran un paralelismo con el abrazo que ayer Bergoglio se dio con su «hermano» El-Tayeb.

Esa fe verdadera, aseveró el obispo de Roma, «es la que anima los corazones para llevarlos a amar a todos gratuitamente sin distinción y sin preferencias, es la que nos hace ver al otro no como a un enemigo a derrotar sino como a un hermano para amar, servir y ayudar».

Ante un estadio a medio llenar en un país en el que los católicos son apenas el 0.31% de la población, Francisco resaltó que ese tipo de fe «es la que nos lleva a difundir, a defender y a vivir la cultura del encuentro, del diálogo, del respeto y de la fraternidad».

Con un imponente operativo de seguridad por toda la ciudad, que incluye patrullaje marítimo por el Nilo y miles de agentes de civil y de uniforme por las esquinas de El Cairo, Francisco había llegado minutos después de las 9 locales (4 de Argentina) al estadio que, al igual que el hotel donde ayer resaltó frente al presidente egipcio, Abdel Fatah Al Sisi, el «rol insustituible» del país para la paz regional, es gestionado por autoridades militares.

De hecho, el otro nombre del estadio es «30 de junio», en honor a un ataque aéreo contra Israel en ese día de 1970.

La misa significó, además, el primer gran encuentro de masas tras la mortal estampida luego de una serie de choques entre hinchas y policías que en febrero de 2015 provocó 22 muertos durante un partido de la Primera División del fútbol egipcio, y que había obligado a suspender el campeonato por varios meses.

«La fe nos da la valentía de perdonar a quien nos ha ofendido, de ayudar a quien ha caído, a vestir al desnudo, a dar de comer al que tiene hambre, a visitar al encarcelado, a ayudar a los huérfanos, a dar de beber al sediento, a socorrer a los ancianos y a los necesitados», agregó Bergoglio durante la homilía.

«La verdadera fe es la que nos lleva a proteger los derechos de los demás, con la misma fuerza y con el mismo entusiasmo con el que defendemos los nuestros», finalizó, en un contexto de fuertes denuncias de diversos organismos internacionales al gobierno de Al Sisi por supuestas violaciones masivas a los derechos humanos que incluyen torturas, desapariciones forzadas y represión a opositores políticos.

Tras la homilía y en continuidad con su discurso que Francisco dio ayer, la máxima autoridad copto-católica en Egipto, el patriarca de Alejandría Ibrahim Sidrak, aseveró que el mensaje papal «confirma la naturaleza de Egipto, que ama la paz y se esfuerza continuamente para afirmarla en Medio Oriente y en el mundo entero», así como su «predisposición a la convivencia entre creyentes de las diversas fe y su capacidad de asimilar las distintas culturas».

En ese marco, Sidrak destacó el encuentro de ayer viernes entre Francisco y Teodoro II como una forma de mostrar «la unidad de la Iglesia».

Tras la misa y luego de celebrar un almuerzo y posterior encuentro con el clero local, Francisco regresará a Roma en un vuelo de Alitalia a las 17 de El Cairo (12 de Argentina), para llegar a la capital italiana unas tres horas más tarde.

Telam.

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