«Las simpatías con EEUU pueden implicar asumir una postura política con probables consecuencias poco gratas»

0
Compartir

Por Daniela M. Martín – «Las simpatías con Estados Unidos pueden implicar asumir una postura política con probables consecuencias poco gratas en ese sentido, dentro y fuera de la región».

La visita de Mauricio Macri a Estados Unidos está impregnada de gestos que muestran los intereses de ambos mandatarios. La frase expresada por Donald Trump al inicio del encuentro, refleja las perspectivas desarrolladas luego por cada uno de los presidentes: “yo voy a hablarle de Corea del Norte y él va a hablarme de limones”. En ese comentario subyace lo que se observó luego, ya que, efectivamente, el foco de atención de Macri estuvo puesto en la búsqueda de inversiones y en generar cercanía a Estados Unidos para acceder a ciertas ubicaciones estratégicas en materia económica y comercial, mientras que la mirada de Estados Unidos se dirigió a la cuestión política. Sudamérica no le resulta tan indiferente a Estados Unidos como desde allí se pretende hacer creer, y la posibilidad de ser Argentina un “gestor” de sus intereses en el Cono Sur no es algo que Trump puede dejar pasar. Puede decirse que el tema Venezuela será, apenas, un comienzo.
La promesa de Trump de apoyar el ingreso de Argentina en la OCDE significa un paso más en la dirección buscada por Macri. La actitud amistosa entre ambos mandatarios lleva a presumir que podrían esperarse los resultados que Argentina ha ido a buscar en materia de inversiones, pero en las relaciones internacionales los resultados no se dan de manera inmediata: se requiere tiempo y vínculos sostenidos. Parece entonces que la materialización más visible de beneficios comerciales para Argentina es el levantamiento de las barreras de importación de limones Argentinos que Estados Unidos puso.
Un apartamiento del entusiasmo que pueden generar los elogios de una potencia mundial, permite recordar las reacciones imprevisibles y el comportamiento no lineal que caracterizan al presidente de Estados Unidos desde su asunción, lo cual hace difícil pronosticar cómo continuarán las relaciones entre ambos países. Sin embargo, si se tiene en cuenta que Macri desde comienzo de su gestión ha dejado en claro su intención de generar un “vínculo estratégico” con Estados Unidos, y se observan los gestos amistosos de Trump respecto de Argentina, no parece que puedan existir grandes alteraciones en la relación hacia el futuro, siempre que el mandatario argentino responda a los intereses estadounidenses en la región.
Una lectura política internacional obliga a mirar más allá de una relación bilateral, de carácter comercial o económico, y tener en cuenta la forma en que Estados Unidos se está relaciona hoy con el resto del mundo, en especial la dureza de su postura bélica. Las decisiones que Donald Trump viene tomando con respecto al ejercicio inflexible del llamado “poder duro” (la utilización de la fuerza militar y el poder económico como herramientas principales), es un dato que nuestro país no puede pasar por alto.
En definitiva, si bien la visita de Macri a Estados Unidos deja un aparente saldo positivo a nivel de gestación de vínculos que se muestran como potencialmente fructíferos para Argentina dentro de los patrones económicos buscados, no puede perderse de vista que es un comienzo y que las simpatías con Estados Unidos pueden implicar asumir una postura política con probables consecuencias poco gratas en ese sentido, dentro y fuera de la región.

Commentarios

commentarios

Compartir