El 45% de la población tiene dificultades para un buen descanso. Entre los trastornos más frecuentes está el insomnio. Se trata de una alteración de la cantidad o la calidad del sueño.
Son tres los factores que determinan la calidad del sueño: la cantidad –un adulto debe dormir entre siete u ocho horas –; la continuidad, es decir, que una vez iniciado no exista fragmentación; y la profundidad, relacionada con sus etapas.
Cada persona debe percibir si el descanso fue reparador.
El insomnio puede obedecer a múltiples causas. Alteraciones psicológicas o psiquiátricas, ansiedad y depresión, apneas durante el sueño, síndrome de piernas inquietas –con movimientos periódicos de piernas, uso de psicoestimulantes y otras enfermedades que pueden alterar el descanso.
El insomnio crónico puede traer consecuencias para la salud entre ellas: obesidad, diabetes, hipertensión arterial, eventos vasculares, fatiga alteración del aprendizaje y de la memoria, irritabilidad, ansiedad y depresión. Consultar a un especialista y evitar la automedicación son algunas de las recomendaciones.
Fuente unidad de Neurociencias de Conci Carpinella.