Decenas de miles de mujeres marcharon desde Congreso hasta la Plaza de Mayo como culminación del paro internacional de mujeres, una iniciativa a la que adhirieron unos 40 países en reclamo de igualdad salarial, en contra de la violencia patriarcal y por la ampliación de derechos de género, que en Argentina se multiplicó con réplicas en las grandes ciudades del país.
La Avenida de Mayo quedó colapsada y la Plaza de Mayo desbordada por la multitud que, mientras transcurría el acto, siguió sumándose a través de las diagonales Roque Sáenz Peña y Julio A. Roca para llegar lo más cerca posible al escenario montado de espaldas a la Pirámide, en el que varios invitados llegados de Colombia, México y otros países sumaron su adhesión.
A las 19 comenzó finalmente el acto principal, con la lectura de un documento acordado por las agrupaciones convocantes, en el que que se trazó un panorama de la situación de la mujer en Argentina y Latinoamérica, y se plantearon una serie de exigencias económicas, sociales y laborales como el «reconocimiento del trabajo doméstico y reproductivo; asignaciones económicas y licencias por violencia de género»; y el «aumento de las licencias por maternidad y paternidad».
También se reclamó un relevamiento de las mujeres trabajadoras organizadas en empresas recuperadas, la reglamentación de la ley de emergencia social y salario básico igual a la canasta familiar.
Los principales puntos del documento leído:
“Hoy somos millones la mujeres movilizadas en todo el mundo y salimos a las calles en defensa de nuestras vidas y nuestros derechos como mujeres y trabajadores”.
“Las movilizaciones del 3 de junio en Argentina y las marchas y acciones en muchos lugares. Traemos las experiencias de los 31 Encuentros de Mujeres”.
“Paramos porque hacemos visible el mapa del trabajo en clave feminista. Paramos las ocupadas y desocupadas, las asalariadas y las que cobramos subsidios, las cuentapropistas y las que realizamos tareas domésticas. Paramos contra el ajuste que encara el gobierno de nuestro país. Por el cese de los despidos, la flexibilización laboral y la precarización de los empleos públicos en las provincias”.
“Apoyamos a las diferentes empresas que se encuentran en plan de lucha de sus trabajadores y trabajadoras”.
“Rechazamos cualquier forma de violencia laboral contra las mujeres. Reclamamos igualdad y acceso a las mismas categorías que los varones”.
“Exigimos el trabajo doméstico sea reconocido, en su aporte, como valor económico”.
“Licencia más amplias por maternidad y paternidad”.
“Pedimos una Ley de cupo laboral para personas trans”.
“Presupuesto para políticas públicas”.
“Pedimos la implementación del 82 por ciento móvil para jubiladas y jubilados. No al aumento de la edad jubilatoria de las mujeres”.
“Aborto legal, seguro y gratuito. El aborto legal es una deuda de la democracia. Exigimos una ley de acceso a la interrupción del embarazo cualquiera sea su causa. Exigimos el acceso del aborto no punibles”.
“Pedimos anticonceptivos gratuitos para no abortar, aborto legal para no morir”.
“Repudiamos la detención de las compañeras detenidas el lunes por la noche que realizaban campañas de convocatoria a la marcha. Exigimos su sobreseimiento”.
“Exigimos la implementación plena de la Ley de Identidad de Género”.
“Paramos para decir basta a las violencias. Basta de femicidios”.
“Exigimos patrocinio gratuito en la justicia para las mujeres víctimas de la violencia machista”.
“Pedimos paridad en la Corte (Suprema de Justicia)”.
La movilización en primera persona
Camila de San Justo, Buenos Aires:
“Hoy la lucha está más fuerte que nunca. Implica que todas pongamos el cuerpo contra la violencia de género, la violencia institucional, contra la trata y la injusticia a las mujeres en la vida cotidiana. Con cualquier cosa que nos pase en la calle, cualquier tipo de abuso, estamos en una situación de debilidad. La violencia llega incluso a la muerte».
Laura Folch:
“Yo soy Laura Folch, hermana de Marcela Folch, que se suicidó en 2016 víctima de violencia de género por parte de su marido durante años. Cabe aclarar que su marido está trabajando en la Defensoría General de la Nación, que es un organismo que se encarga de los derechos de los más vulnerables. Tiene una restricción para no acercarse a los hijos y hoy los chicos están solos sin atención ni contención. Ella participaba en las marchas y hoy somos nosotras las que marchamos por ella”.
“Le pedimos a la sociedad que hagan visibles los casos de violencia de género, que se comprometan. Que no dejen de participar porque la violencia va carcomiendo la sociedad”.
Vilma Ripol – MST:
“Estamos emocionadas y orgullosas de la respuesta a la convocatoria masiva que hicieron las mujeres de todos los sectores. La masividad es impresionante. Muestra una avance en la conciencia de las mujeres, con el hito del #3J con la marcha del ‘Ni una menos’ pero que de ahí en más las movilizaciones crecieron, los reclamos crecieron y las respuestas a esta sociedad patriarcal crecieron. Estas banderas se hicieron internacionales. Hoy 60 países pararon y reclamaron lo mismo: ‘Ni una menos. Vivas nos queremos’. También tenemos exigencias a los estados, los gobiernos, justicias e instituciones en este sistema que nos abandona a la máxima soledad. Muere una mujer por violencia cada 18 horas, muere todos los días una mujer por aborto clandestino. No estamos dispuesta a entregar más vidas de mujeres”.
Noelia de Tigre, Buenos Aires:
«Recibí 18 puñaladas de mi ex pareja cuando estaba embarazada, y sin saber de mi bebé porque él me escondía las pastillas. Hoy, vivimos en una fundación con mi hijo que tiene dos años y el padre nunca se enteró».
«Formo parte de una organización de madres unidas contra la violencia. Hay muchas mujeres que están abandonadas con sus hijos, como yo, y es muy fuerte vivir así».
«Tenemos que romper el silencio, no quedarnos paralizadas por el miedo; la violencia es parte de todos y por eso debemos comprometernos para frenarla».