El Senado tiene en estudio dos proyectos de ley sobre imputabilidad de menores de 18 años que fueron presentados el año pasado por dos legisladores de la oposición que pretenden organizar un régimen penal juvenil para adolescentes de entre 14 y 17 años de edad.
Las iniciativas son obra de la senadora María Fiore Viñuales, del Partido Renovador de Salta, que responde al gobernador peronista, Juan Manuel Urtubey, y al porteño Fernando «Pino» Solanas, de Proyecto Sur.
Ambos proyectos están a estudio de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales y de Seguridad Interior y Narcotráfico.
El jueves pasado, se llevó a cabo la primera reunión de debate para reformar la legislación penal sobre menores, que fue encabezada por los ministros de Justicia, Germán Garavano; y de Seguridad, Patricia Bullrich, con la participación de los
senadores del Frente para la Victoria Rodolfo Urtubey, ex juez de Cámara en lo Criminal; y Pedro Guastavino, presidente de la Comisión de Justicia y Asuntos Penales de la Cámara alta.
El proyecto de Fiore Viñuales, presentado en noviembre pasado, retoma la iniciativa que el Senado había aprobado en 2009 y enviado a Diputados, donde perdió estado parlamentario en 2012.
Esa iniciativa había sido consensuada entre senadores de distintas bancadas, como las peronistas Sonia Escudero, María Perceval y Teresa Quintela y el radical Gerardo Morales, actual gobernador de Jujuy, entre otros.
El proyecto de la salteña Fiore Viñuales establece un sistema de responsabilidad penal especial para los casos de menores de entre 13 y 18 años de edad que cometan delitos que sean de acción pública o dependientes de instancia privada.
Además, subraya la inimputabilidad de los menores de 13 años y de los menores de entre 13 y 18 años respecto de delitos de acción privada o de delitos cuya pena no sea la privación de la libertad.
El régimen legal que se propone rescata los principios generales del derecho penal y procesal penal, del derecho constitucional y de los tratados internacionales, dice el proyecto, además de apuntar a fortalecer los vínculos familiares y sociales del menor, respetar el derecho a su formación integral, otorgar soluciones específicas, hacer participar a la víctima, garantizar la privacidad de los menores implicados y llevar adelante un juicio en un plazo razonable.
Asimismo, se proponen medidas alternativas de solución de conflictos como la conciliación y la suspensión del juicio a prueba.
En cuanto a las sanciones, dice que la justicia podrá aplicar, en orden creciente: advertencias con apercibimiento, ordenar disculpas personales a la víctima, reparar el daño causado, prestar servicios a la comunidad, inhabilitación especial, prohibiciones, libertad asistida, privación de libertad durante el fin de semana o tiempo libre, privación libertad en domicilio o privación de libertad en centro especializado.
Además sostiene que el encarcelamiento de los menores sólo podrá aplicarse como último recurso.
Cuando se trate de personas que tengan entre 13 y 15 años de edad podrán ser privadas de su libertad si el delito cometido conlleva una pena mínima superior a los cinco años de prisión. En ese caso, no podrán estar presos más de tres años.
En el caso de menores de 16 a 17 años, los delitos que podrían llevarlos al encarcelamiento serán aquellos con una pena mínima de prisión superior a los tres años. Al respecto, podrán estar en un establecimiento especial hasta cinco años u ocho, en el caso de haber cometido un delito en concurso real.
En tanto, el proyecto de Solanas alarga la imputabilidad a los menores de hasta 16 años y a los menores de 18, respecto de los delitos de acción privada o los reprimidos con pena privativa de la libertad que no exceda los dos años.
La iniciativa del senador porteño no incluye duración de las penas de cárcel, pero establece que la prisión sólo será aplicada en última instancia, de acuerdo con las circunstancias del delito cometido y si resultara imprescindible.
Las penas privativas de libertad que fueran impuestas por la Justicia se harán efectivas en institutos especializados. Si cumplieran la mayoría de edad en esas instalaciones, deberán ser trasladados a una prisión común hasta terminar de cumplir la pena.
Solo se impondrá privación de la libertad en los casos en que el menor sea condenado por un delito grave, en el que haya cometido violencia contra otra persona o por la reincidencia a cometer delitos.
Las otras medidas de coerción existentes en el proyecto de Solanas son la libertad vigilada, la devolución del bien robado o su indemnización, la prestación de servicios comunitarios o la internación en hogares especializados.