El alcalde de la capital turca, Melih Gokcek, informó en su cuenta de Twitter que el joven en traje que asesinó a Andrey Karlov, era Mert Altintas, un miembro de la Policía.
El embajador ruso en Turquía, Andrey Karlov, fue asesinado este lunes en una exhibición en Ankara por un miembro de la Policía turca que le disparó varios tiros por la espalda luego de gritar que lo hacía en represalia por la intervención de su país en Siria y Alepo, reciente blanco de una ofensiva sirio-rusa contra grupos rebeldes, informaron el gobierno ruso y medios turcos.
El alcalde de la capital turca, Melih Gokcek, informó en su cuenta de Twitter que el joven en traje que asesinó a Andrey Karlov, era Mert Altintas, un miembro de la Policía y del movimiento liderado por el predicador autoexiliado en Estados Unidos, Fetullah Güllen, el mismo que Turquía acusa de ser terrorista y de haber planeado el fallido golpe de Estado de junio pasado.
Un video del Canal 1 de Turquía mostró el momento en que el Karlov se sobresalta y cae al suelo bruscamente luego de oírse varias detonaciones, justo en el momento en que daba un discurso en una exposición de fotografía en el centro de Ankara. En el ataque también sucumbió un fotógrafo del diario Hurriyet que se encontraba en el lugar, Hasim Kilic.
Blandiendo una pistola automática, Mert Altintas, de mediana edad, pelo corto y vestido de traje negro con corbata aparece por detrás, gritando consignas y apuntando de tanto en tanto con su arma hacia el techo o hacia lugar desde el que se toman las imágenes.
«Alá es el más grande, no se olviden de Alepo. Esto es una venganza por Siria y Alepo», gritó el atacante, entre otras cosas, informaron medios locales.
Karlov sucumbió a sus heridas en un hospital, informó la Cancillería rusa en un comunicado en el que calificó el ataque de «terrorista».
El embajador, de 62 años, estaba casado, tenía un hijo y hacía tres años que estaba destacado en Ankara.
El ataque ocurrió en la víspera de una reunión en Moscú entre los cancilleres de Rusia, Irán y Turquía, las tres potencias que mantienen tensas negociaciones desde hace semanas para garantizar y coordinar la intermitente evacuación de decenas de miles de civiles y combatientes rebeldes sirios en Alepo.