Cruces en la Justicia por la prisión domiciliaria para la viuda negra que volvió a matar

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Yésica Oviedo, quien había sido condenada por un homicidio y gozaba de prisión domiciliaria, confesó el crimen de Luis Juan Loggia, de 82 años y recibió 20 años de prisión. Su novio, Alejandro Pavón (22) y su madre, Margarita Oviedo (43) también admitieron haber asesinado al anciano para robarle en diciembre del año pasado.
La Cámara Segunda del Crimen dio lugar al juicio abreviado en la causa por homicidio en ocasión de robo. Oviedo había sido condenada a 12 años de cárcel en diciembre de 2012 por asesinar al ex policía Salvador Beraldi y a fines de 2015 violó esa medida para cometer el nuevo crimen.
La situación provocó un fuerte debate sobre quien otorgó la prisión domiciliaria para la homicida y las fallas en el control que permitieron que volviera a protagonizar un hecho violento. El juez Carlos González Castellanos negó que haya sido la Cámara quien otorgara el beneficio y apuntó contra el Juzgado de Ejecución Penal.
Hoy, el titular de la cartera judicial, Ezequiel Barrenechea, refutó los dichos de González Castellanos.

Entrevista al juez Carlos González Castellanos

Entrevista al juez de Ejecución Penal, Ezequiel Barrenechea

Primer hecho

La viuda negra que asesinó al taxista Salvador Beraldi habría intentado perpetrar un robo, según surge del dictamen de prisión preventiva que resolvió el fiscal Di Santo.
El funcionario consideró que existen pruebas suficientes para apuntar a Yesica Oviedo como autora del hecho y desestimó que las heridas que sufrió la meretriz se hayan producido en un intento de defensa.
En el texto de la resolución se indicó que “el análisis de los elementos de convicción permiten válidamente reconstruir, al menos para esta etapa del proceso”.
Di Santo recordó “los dichos de su madre y de los policías que actuaron en la emergencia, quienes escucharon la espontánea declaración de la mujer que los imponía de su autoría en la muerte de Beraldi exhibiendo heridas y sangre en ambas manos”.
Añadió que el hijo de la víctima, Rubén Darío Beraldi, denunció el faltante de la billetera que su padre usualmente guardaba en el bolsillo de su pantalón y destacó que el monedero tirado y hallado en el piso de la habitación no contaba con el dinero de la recaudación .
“Destacó el testigo que la sangre estaba presente en todo el lugar, y en varias prendas de vestir de la víctima, particularmente en la zona de los bolsillos”, precisó.
Para el fiscal, el robo “operó como motivo o causa productora del homicidio” y añadió que “esto se ve robustecido no sólo por el faltante de dinero denunciado, sino por el hallazgo de un frasco de plástico color blanco con la inscripción “Seda-T Zoovet”, un fármaco apto para dormir a animales”
“Más allá de los resultados de las pruebas periciales, fue utilizado para restar vigilia a Salvador Beraldi, sedándolo o colocándolo en un estado de somnolencia, el que le podría haber sido suministrado vía oral”, indicó.
Di Santo dijo que hubo “una escasa o nula defensa de la víctima ante el desmesurado ataque recibido con el arma blanca, y la falta de lesiones defensivas constatadas en la victimaria”

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