La Justicia española condenó hoy al argentino César Raúl Rodríguez a ocho años de prisión, tras probarse su vínculo con la Brigada Al Andalus, una célula vinculada a la red Al Qaeda que «se encargaba de enviar combatientes yihadistas» a zonas de conflicto bélico, como Siria.
La Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, que integra el poder judicial del país ibérico, dictó un fallo el miércoles pasado que dispuso la prisión de Rodríguez, de 27 años, y otros ocho miembros del grupo extremista.
Esa sentencia incluyó al líder de la organización, Lahcen Ikassrien, quien estuvo preso en la cárcel estadounidense de Guantánamo, en Cuba, y recibió el castigo de 10 años de prisión por ser el dirigente de la célula y a 1 año y 6 meses de prisión por falsedad en documento oficial, informò la agencia Europa Press.
Rodríguez y otros tres arrestados esta semana -los marroquíes Mohamed Khalouk, Abdeslam el Haddouti y Oialae Chergui- estaban en libertad condicional a la espera de la resolución de la sentencia judicial, después de que fueran detenidos en el marco de una operación desarrollada el 16 de junio de 2014.
De oficio albañil, el argentino oriundo de la provincia de Santiago del Estero, vive en España hace 10 años y está casado con una mujer marroquí por cuyo vínculo se convirtió al islam. Cuando el caso salió a la luz en la prensa española, la familia asumió ante la prensa la defensa del emigrado y aseguraba que era «incapaz de hacer daño a alguien».
«Es musulmán practicante, pero está muy lejos de ser un terrorista», afirmó entonces su hermana, Luciana Rodríguez.
Desde su humilde casa del barrio Reconquista de la capital de Santiago del Estero en Argentina, hoy, luego de conocido el fallo, Luciana Rodríguez reiteró que su hermano César Raúl «es inocente», y dijo: «No perdemos la fe y las esperanzas, la abogada defensora está trabajando para presentar la apelación del fallo y llegar si es necesario al tribunal supremo de España».
Los familiares de Rodríguez consideraron que «el tribunal no ha sido objetivo, porque de la supuesta red que se lo acusó de integrar aparecían los líderes y el abajo de todos, y sin embargo a los nueves los condenaron a ocho años de prisión».
«En su momento, a mi hermano lo dejaron libre sin pagar fianza y así llegó al juicio, porque no existe ninguna prueba fehacientemente que lo involucre, siempre se dedicó a su esposa e hijos, trabajando de albañil en la construcción para mantener a la familia», concluyó Luciana Rodríguez.
El juez Fermín Echarri explicò en su fallo cómo este grupo, encabezado por Ikassrien (alias ‘Hassan’), era una «auténtica plataforma de envío de combatientes yihadistas». Así, describe cómo algunos de los nueve acusados ya tenían pensada y planificada su salida de España con dirección a Siria, contextualizando este viaje como motivos laborales.
En el escrito judicial, el argentino figura con el nombre de Cornelio Ricardo, alias «Cebollero». Para condenarlo, la justicia corroboró reuniones que mantuvo con otros acusados con el objetivo de trasladarse fuera del país. También compró «material de montaña» junto a otro de los condenados, y «estaba decidido a desplazarse al exterior para hacer la ‘yihad’ como lo acreditan los documentos incautados en su domicilio», señaló la sentencia.
Echarri afirmó que todos los miembros de la organización «experimentaron un proceso de radicalización y adoctrinamiento, planificado en distintas fases, en las que en la última, llevada a cabo en diversas reuniones dirigidas por el acusado Lahcen Ikassrien, eran sometidos a un proceso de transmisión de ideas religiosas y políticas justificadoras del ideario y acciones de las organizaciones filiales de Al Qaeda en el conflicto sirio, así como la necesidad de participar activamente e incorporarse como integrantes de las mismas».
En paralelo, los condenados realizaban apología del terrorismo a través de las redes sociales y de numeroso material de vídeo incautado en sus domicilios, de acuerdo a los medios españoles que reprodujeron la sentencia judicial.
El argentino, junto a los acusados «Humberto Ovidio, Gabino Romeo y Narciso Rodolfo» seguían por el año 2014 «las instrucciones difundidas por la red yihadista, con el fin de no ser detectados por los servicios de seguridad».
El destino final al que partirían, sostiene el juez, «eran las organizaciones terroristas que operaban en territorio sirio».
El país árabe está sumido desde marzo de 2011 en un conflicto armado que ya causó la muerte de unas 280.000 personas y 12 millones de refugiados o desplazados.