El motín en el pabellón dos de la Cárcel de Río Cuarto revivió el debate sobre la seguridad del edificio inaugurado hace 107 años, que quedó rodeado por la urbanización barrial y comercial en el sur de la ciudad.
Los vecinos y comerciantes observaron consternados la movilización de infantes, bomberos y agentes policiales armados, mientras se escuchaban disparos en el interior del penal. Para el jefe del Servicio Penitenciario, Dario Tello, «no hubo riesgos de seguridad» y se actuó «según el protocolo». Sin embargo, afuera se multiplicaban las dudas sobre lo que ocurrió en la siesta del martes en la Unidad Penitenciaria 6.
Más allá de las historias de fugas y revueltas que tiene el penal, los vecinos lamentan que se haya archivado el proyecto de construcción de una nueva cárcel en un predio de La Gilda.
La Cárcel fue inaugurada el 25 de octubre de 1909 y en sus inicios albergaba a 170 personas. A pesar del crecimiento demográfico y la conflictividad social, un siglo después su estructura se mantiene como el principal centro de reclusión y aloja a más de 400 internos.
El 17 de mayo de 1916 se determinó a través del decreto provincial 8.002 que se prohibiera la utilización del cepo y la barra en todas las comisarías de la Campaña de la Provincia, medida que también alcanzó a las cárceles, lo que hace pensar y temer sobre qué medidas estaban autorizadas para emplear en las celdas antes de ese año.
El primer jefe de la Cárcel fue José Ignacio Novillo, designado el 4 de octubre de 1909, quien se desempeñó en el puesto de director hasta mayo de 1916.
Desde sus comienzos, la prisión se llamó Cárcel de los Encausados, pero en 1987 se le cambió el nombre por Establecimiento Penitenciario Nº 6.
Jornada de tensión
Momentos de mucha tensión se vivieron en la Cárcel y sus alrededores por el motín en un pabellón, que se desató después del mediodía del martes. Familiares de los detenidos se concentraron en el lugar y manifestaron que «se había generado un motín» en el que habrían resultado lesionados algunos internos.
El hecho se inició en el pabellón 2 -donde se alojan 80 procesados sin condena firme-, cuando se conoció sobre el traslado de un detenido acusado de un delito federal. Otros presos resistieron la medida y quemaron colchones, por lo que se produjo un amplio operativo de seguridad.
Los jefes del Servicio Penitenciario evaluaron los videos de las cámaras de seguridad para determinar quienes participaron del conflicto y «aplicar sanciones». Habría al menos 20 involucrados.
El jefe del Servicio Penitenciario y el juez en lo Correccional hablaron tras el motín y confirmaron que hubo 5 internos heridos, aunque «ninguno de gravedad»
Poco después de las 15, el jefe de la Unidad Departamental Pedro Díaz confirmó que la resistencia al traslado de un detenido habría provocado la revuelta. El funcionario policial admitió que hubo disparos de balas de goma en el interior de la Cárcel, aunque señaló que «ya está todo controlado»
En el exterior, hubo dotaciones de bomberos y efectivos policiales que se concentraron en el frente de la Unidad Penitenciaria tras ser convocados por la dirección de la Cárcel. Poco después de las 15,10 Bomberos recibió la orden de retirarse del lugar.
El testimonio de la pareja del interno que habría provocado el motín al resistir el traslado: