El Ocio nos vuelve más saludables

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Por Fabián Cuello Atencio es Médico general y familiar y Especialista en Medicina del Trabajo.

Buscando en el diccionario encontramos que la palabra Ocio hace referencia a cesación del trabajo, a diversión u ocupación reposada, a descanso de otras tareas. Así entendido, el ocio se ubica en un binomio trabajo/no trabajo en el que nos movemos a lo largo de los días que componen nuestra vida.

ocio y salud

Ahora bien, ¿qué relevancia tienen en nuestra vida los momentos de ocio? ¿Es lo que viene, por inercia, después del trabajo sólo para recargar energías o es un momento tan importante como los otros?
En todos los casos, el ocio influye decisivamente, para bien o para mal, en nuestra salud física y mental.
Así lo sostiene y argumenta Fabián Cuello Atencio, médico general y familiar: “Somos seres complejos e integrados. Tenemos necesidad de lo físico, de lo psíquico, de lo cultural, de lo social y también tenemos necesidad de satisfacer esas características; dentro de las cuales está el ocio, que no tiene que ser tomado desde la perspectiva “Dejo de hacer aquello y hago esto”. No es así. El ocio forma parte de lo que somos como seres humanos y de lo que tenemos que tener diariamente para lograr un estado de bienestar”.

La idea del ocio ¿es una idea?

Hoy, los momentos de ocio, así como los momentos de trabajo, se han modificado, no son los mismos que los de nuestros padres y abuelos. Nuevas tecnologías, nuevas prácticas, nuevos conceptos entran en juego e influyen en cómo nos relacionamos con nuestro uso del tiempo.
Juan Scarpacci, filósofo y profesor de la UNRC, sostiene que “hay una modificación paulatina de las sociedades occidentales, de la vida en total, de la relación con el trabajo y el no trabajo. Los momentos del no trabajo son los momentos del consumo, consumo de imágenes y de objetos. El ocio entendido como actividad creativa o dedicada a la amistad, se va perdiendo. Entonces lo que hay es un concepto del tiempo libre dedicado a recargar energías para el momento laboral o a consumir lo que se ha producido en el mundo totalitario del trabajo. Creo que hoy el hombre se mueve entre los modelos del productor y del consumidor”.

En este contexto, el ocio entendido como condición para una vida humana, para el pensar, el crear, para la amistad, para lo erótico ha ido desapareciendo.
“Por ejemplo, hay un rechazo al aburrimiento. El aburrimiento es necesario, hay cosas que sólo se encuentran o son posibles en un estado de aburrimiento, silencio, soledad, quietud. Esas son prácticas antagónicas a los valores del mundo del trabajo, del espíritu capitalista que ha hecho del hombre trabajador la figura suprema”, plantea Scarpacci.

Como parte integrante de nuestra humanidad, la falta de ocio se asemeja a la falta de una pata en una mesa, con el tiempo, la mesa se vence por la falta del equilibrio que la sostiene.

Así lo deja ver Cuello Atencio: “El no tener ocio es una de las cosas que se ven mundialmente y ataca principalmente la parte psíquica de la persona; se ha visto que cada vez más van aumentando los trastornos de ansiedad y van apareciendo problemas de depresión, de hiperactividad, de trastornos alimentarios, de insomnio, problemas de fobias, pánico y eso es porque no podemos darnos el lujo de tener ocio porque no entra dentro de nuestra estructura. He visto muchas veces en el consultorio a pacientes que dicen: “Me recorrí todos los médicos y ninguno me solucionó nada”. Y en realidad muchas veces tiene que ver con este trasfondo emocional que repercute en la parte física u orgánica, incluso la Organización Mundial de la Salud dice que el ocio previene enfermedades, aumenta la creatividad y mejora el estilo de vida”.

Más ocio y menos distracción

A veces se confunde ocio con distracción, con estímulos externos que nos “saquen” de la rutina diaria. Desde la perspectiva de ambos entrevistados, no es a través de la distracción que se logra ese equilibrio saludable y coinciden en que los medios de comunicación y las nuevas tecnologías juegan un papel preponderante en este fenómeno.
“La palabra “dis” significa algo que se fragmenta, se divide, distraerse es lo contrario a concentrarse, a tener un centro. El distraído está saltando de situación en situación, no tiene sosiego para pensar o para la amistad, o para conversar”, define el profesor Scarpacci.
Frente a este concepto, Cuello Atencio arroja algunas alternativas: “El disfrutar del ocio debe ser diario, una actitud, no se da por arte de magia. El ocio debe ir acompañado del compartir y del divertirse y no algo fuera del planeta sino integrado a las personas. En la familia, en el trabajo, crear un ambiente laboral saludable, el diálogo con el compañero, por ejemplo. Ocio no solamente significa hacer actividad física sino ocio significa darle rienda suelta a esto de encontrarse, compartir, cooperar, dialogar.

Fabián Cuello Atencio es clínico médico en los Consultorios de ASPURC y, en Cabrera 1626, brinda asesoramiento para empresas en Medicina del Trabajo.
Juan Scarpacci es Licenciado en Filosofía y profesor del Departamento de Filosofía de la Universidad Nacional de Río Cuarto.

Revista “Entre Nosotros” – ASPURC

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