Telam – Un ciudadano uruguayo fue condenado esta tarde a prisión perpetua por haber asesinado a su esposa arrojándola desde el balcón de un cuarto piso de un hotel de la zona porteña de Tribunales, hace dos años, e intentar hacer pasar el femicidio como un suicidio.
Se trata de Eduardo Adrián Casaballe Colacho (47), que fue hallado culpable del «homicidio doblemente agravado por el vínculo y por violencia de género» de Mariela Leites Da Silva (34), una azafata de la empresa Buquebús de su misma nacionalidad.
Al conocerse el veredicto del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 8, el imputado ni se inmutó en la sala de audiencias del Palacio de Tribunales, mientras que el padre de la víctima y sus dos hermanas, que viajaron especialmente desde Uruguay para escuchar el fallo, aplaudieron de pie a los jueces mientras lloraban.
«Una cuestión saliente del fallo es que creemos que es la primera condena en la Capital Federal en la que se aplican juntos los agravantes de homicidio ‘por el vínculo’, ya que estaban casados, y ‘femicidio’, es decir que hubo violencia de género», dijo a Télam el abogado Gonzalo Alvarez Casado, que representó en el juicio a la familia de la víctima.
Si bien los fundamentos de la sentencia se conocerán el 27 de este mes, el letrado consideró que los jueces tuvieron en cuenta como pruebas contundentes el resultado de la autopsia, un video que grabó cómo cayó Mariela desde el balcón, los testigos que declararon que Casaballe Colacho era «violento» y las denuncias que la víctima había realizado en su contra en Uruguay.
Por su parte, la fiscal Diana Goral también destacó el precedente del tribunal, integrado por los jueces Ricardo Basílico, Alejandro Sañudo y Fernando Larraín, y pidió que «no haya ‘Ni Una Menos’ nunca más».
«Después de una fuerte e intensa preparación logramos hacer justicia. A partir de hoy Mariela descansará en paz», agregó Goral.
La jornada comenzó esta la mañana, cuando el defensor oficial Alejandro Di Meglio pidió en su alegato la «absolución e inmediata libertad» para su cliente, al sostener que no había pruebas concretas del homicidio y se inclinó por el suicidio.
El defensor oficial dijo que la condena a prisión perpetua que el lunes solicitaron para Casaballe Colacho tanto la fiscal como los abogados querellantes «equivale a una pena de muerte».
Posteriomente, el imputado, en sus últimas palabras, negó haber cometido el femicidio y afirmó que lo único que hizo en su vida «fue tratar de estar felices» con su mujer y «formar una familia».
El hecho ventilado en el debate ocurrió la noche del 28 de abril de 2014, en el hotel «Micky», situado en Talcahuano 362, a dos cuadras del Palacio de Tribunales porteño, donde el matrimonio convivía en la habitación 41 del cuarto piso junto a su pequeño hijo.
La mujer cayó al vacío y murió en el acto al sufrir el estallido de su cráneo y pérdida de masa encefálica, mientras que su esposo, salió a la calle a pedir auxilio e instaló la versión del supuesto suicidio.
«Soy víctima de las desgracias, no un asesino», dijo Casaballe Colacho al declarar el primer día del juicio y contó que aquella noche, Mariela se molestó con él por un problema que ella tuvo con el celular y que cuando él preparaba mate y su nene lloraba mucho, vio como su esposa «de repente cruzó la habitación y se arrojó al vacío» por el balcón.
Sin embargo, testigos del hotel declararon haber escuchado una discusión previa, mientras que la autopsia y un video de la juguetería de la cuadra que grabó el momento de la caída mostraron que la víctima cayó inconsciente.
En el juicio, la médica forense Adriana Pietrantonio aseguró que detectó en la víctima lesiones de defensa en las manos y marcas en el cuello de un «estrangulamiento previo» que pudo hacerle perder la conciencia.
Esta testigo explicó que los suicidas suelen caer «de pie o de cabeza», pero «nunca» de espaldas y sin realizar ningún movimiento de manos y piernas, tal como quedó registrado en el video.