Definen si avanza o no el juicio político contra la mandataria. La oposición denunció compra de votos.
La suerte del gobierno de Brasil se define hoy con la votación en la Cámara de Diputados sobre el inicio o no de un juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff, quien se enfrascó ayer en un intenso cabildeo para intentar convencer a legisladores indecisos.
Rousseff permaneció toda la jornada en el palacio de Alvorada, su residencia oficial, donde se reunió con líderes parlamentarios de los partidos que están divididos ante la decisiva votación de hoy.
La mandataria también hizo un llamado público a esos diputados, a través de un artículo en el diario Folha de Sao Paulo , en el que aseguró que la historia los juzgará y “honrará la biografía” de los que voten en contra de su destitución.
“Quien defiende la democracia nunca se arrepiente. La democracia es siempre el lado correcto de la historia”, manifestó la mandataria en su artículo.
El objetivo del oficialismo es evitar que la oposición sume 342 votos favorables al juicio político, cifra que supone dos tercios de la cámara. En el caso de alcanzarse, enviaría el proceso al Senado, donde será suficiente con la mayoría simple de los 81 legisladores para abrir formalmente el juicio político. En ese caso, la mandataria sería apartada de su cargo al menos durante 180 días, hasta la decisión final.
Las previsiones de votación, que hasta la tarde del viernes daban como segura la victoria del impeachment , presentaban ayer un panorama incierto. Según analistas de varios medios, el gobierno logró remontar la desventaja.
Para concentrarse en la caza de votos, Rousseff canceló su participación en un acto convocado ayer por movimientos sociales que la apoyan y que acampan en Brasilia.
Maniobras
En este contexto, cinco partidos opositores acusaron a Rousseff de intentar una “compra de votos” de diputados. La denuncia fue presentada ante la Policía Federal por los partidos de la Social Democracia Brasileña (PSDB), Demócratas (DEM), Popular Socialista (PPS), Laborista Brasileño (PTB) y Social Cristiano (PSC).
Cuestionaron en la denuncia la legalidad de un decreto por el que el gobierno cedió al Estado de Amapá la titularidad del suelo de la mayoría de ese territorio amazónico, iniciativa que consideraron un intento de convencer a los diputados de ese Estado para que voten en contra de la destitución de Dilma. Además, advirtieron que muchas designaciones fueron publicadas en el Diario Oficial y que se liberaron partidas presupuestarias para los estados cuyos representantes apoyen al gobierno.
Teatral
A medida que avanzaban ayer los discursos en el debate, ganaron en teatralidad, mientras la cámara se llenaba de banderas, pancartas y carteles.
Los opositores portaron irónicos carteles que decían “ Tchau, querida ”, en alusión a la manera en la que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva se despidió de Rousseff durante una conversación telefónica grabada por la policía, por orden judicial, en el marco de la investigación abierta contra el exgobernante.
Del otro lado, los oficialistas desplegaron una gran pancarta pidiendo la renuncia del presidente de la Cámara de los Diputados, Eduardo Cunha, que está imputado por delitos asociados a la corrupción y es el principal impulsor del proceso de destitución contra Rousseff.
En tanto, ganó peso un nuevo bloque de diputados, llamado “Ni Dilma Ni Temer”, que podría definir el impeachment . Son opositores a Rousseff, pero consideran que votar a favor de su destitución puede causar un problema mayor, como es impulsar al vice, Michel Temer, y a Cunha al frente del sistema institucional brasileño.
Varios ministros ofrecieron la tradicional feijoada de los sábados (guiso de porotos negros con partes del cerdo) a parlamentarios de partidos en los que existen divisiones internas para intentar convencerlos de salvar el mandato de Rousseff.
El grupo “Ni-Ni” promueve la abstención y hasta la ausencia para favorecer a Rousseff en la crucial votación.
Brasil y la región seguirán hoy los pormenores de la sesión. En la capital, un muro metálico separará a los miles de manifestantes que asistirán a la Explanada de los Ministerios.
Una sesión maratónica
La sesión deliberativa comenzó el viernes, continuó ayer sin interrupción y, según previsiones del legislativo, se prolongará hasta la hora del inicio de la votación, programada para las 14 de hoy. Cada diputado deberá identificarse y decir cómo vota.
¿Qué números serán decisivos hoy?
Matemáticas. Para derrotar la iniciativa de juicio político contra Dilma, el oficialismo debe lograr el voto de 172 de los 513 miembros de la cámara o que la oposición no sume los 342 diputados requeridos para avanzar en el proceso. El gobierno apuesta a votos propios y a ausencias en el recinto. Sin el apoyo de 342 legisladores, el impeachment no pasará al Senado.
Fuente La Voz del Interior