Pozo del Molle: el drama de los vecinos entre el agua y el barro

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Foto: La Voz del Interior

«Si ingresa más agua vamos a estar muy complicados» Lo dijo Juan Albornoz, jefe de bomberos de Pozo del Molle. La localidad, ubicada en el departamento de Río Segundo con unos 7.000 habitantes, se encuentra sufriendo inundaciones desde febrero pasado por las intensas lluvias.
El potencial ingreso de más agua drenada de otras zonas cordobesas por las constantes lluvias podría complicar seriamente a la localidad de Pozo del Molle por lo que se proyecta la construcción de un canal cerca del pueblo para evitar que se acreciente la inundación, informaron hoy los bomberos locales.
«Si aumenta el caudal de agua se nos va a complicar», dijo Juan Albornoz, jefe de bomberos local, y comentó que «el plan es hacer un canal cerca del pueblo y tratar que el agua no ingrese a la comunidad».
El bombero explicó que «el mayor problema está en la parte norte de la comunidad, donde los pobladores tratando de buscar agua se instalaron en partes bajas».

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«Nuestro pueblo tenía un escurrimiento natural de oeste a este que hacía que en dos días se fuera el agua, hoy las condiciones cambiaron», sostuvo Albornoz en declaraciones al canal TN.
En este contexto, detalló que «las clases se encuentran suspendidas porque una de las escuelas está rodeada de agua y porque es muy dificultoso desplazarse de un lugar a otro».
Pozo del Molle, ubicado en el departamento cordobés de Río Segundo con unos 7.000 habitantes, se encuentra sufriendo inundaciones desde febrero pasado por las intensas lluvias que cayeron sobre la zona.
Ayer, el intendente de la localidad, Carlos Selvático, declaró a los medios locales que la situación es «crítica y desesperante» al sostener que «el pueblo está pasando uno de los peores momento de la historia, ya que se hunde por el agua».
Selvático sostuvo que si bien las lluvias han sido constantes, consideró que «el daño mayor lo ocasionan los productores con la construcción de canales clandestinos en los poblados de los alrededores».
Tras varios días de lluvia, la mitad de este pueblo de siete mil habitantes volvió a quedar inundado, como en marzo pasado. La mayor tensión se vivió al mediodía de ayer dentro del ­edificio municipal.
Según informó La Voz del Interior, fue una caliente reunión de la que participaron unos 30 vecinos, productores agropecuarios, el intendente Carlos Salvático y funcionarios provinciales, quienes recién accedieron al salón cuando la Policía intervino para garantizar la seguridad y que todos mantendrían calma.
“Nos estamos quedando sin pueblo”, gritó un vecino entre insultos, mientras otros tra­taron de contenerlo. Hay descontento, intranquilidad y desconfianza. El pueblo quiere saber de dónde viene tanta agua. Dicen que no hubo lluvias tan abundantes como para acarrear semejante caudal.

Fuente: Telam – La Voz del Interior

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