En la segunda audiencia del juicio por el crimen de Gabriela Facio, la mujer asesinada de once puñaladas en su vivienda de Banda Norte, declara el hijo de la víctima.
El joven fue el primero en escuchar los gritos de Gabriela la fatídica jornada del 27 de diciembre de 2014 y buscó ayuda entre los vecinos.
El imputado por homicidio calificado agravado por el vínculo es Miguel González, su expareja de 35 años y nacionalidad paraguaya, quien fue hallado gravemente herido poco después del horroroso homicidio. Tras su recuperación, se constató que las heridas que sufrió fueron autoinfligidas. El médico que participó de la pericia será otro de los testigos que participará en la audiencia.
«Dijo que la iba a matar»
Las amigas de Gabriela estuvieron presentes en la primera jornada del juicio que se desarrolla en la Cámara Primera del Crimen, y en diálogo con la prensa sostuvieron que González era un hombre violento y que aún separados, continuaba golpeando y amenazando a Gabriela. «Él le dijo que la iba a matar», dijo Sandra.
González tenía antecedentes por golpear a Gabriela quien había decidido separarse para evitar el infierno diario de la violencia.
“Gaby le decía basta, cortala”, pero nunca se nos ocurrió que la iba a matar, relataron vecinos. “Nos queda la impotencia de no haberla salvado”, dijo una mujer que escuchó los gritos. “Fue un segundo, la Policía llegó rápido pero no se pudo hacer nada”, agregó.
Gabriela, quien era madre de cinco hijos, fue asesinada por su ex pareja en su casa de Colombia 1010. El imputado por homicidio calificado agravado por el vínculo es Miguel González, de 35 años y nacionalidad paraguaya, quien fue hallado gravemente herido poco después del horroroso homicidio. Tras su recuperación, se constató que las heridas que sufrió fueron autoinfligidas.
González tenía antecedentes por golpear a Gabriela quien había decidido separarse para evitar el infierno diario de la violencia.
“Gaby le decía basta, cortala”, pero nunca se nos ocurrió que la iba a matar, relataron vecinos. “Nos queda la impotencia de no haberla salvado”, dijo una mujer que escuchó los gritos. “Fue un segundo, la Policía llegó rápido pero no se pudo hacer nada”, agregó.