Columna Telediario
Guillermo Geremia
Tras ser imputado por el homicidio de Nora Dalmasso, el viudo Marcelo Macarrón ingresó a Tribunales poco después de las 9:20 de la mañana y en un breve diálogo con la prensa afirmó:»soy totalmente inocente».
Luego, ingresó a las oficinas de la fiscalia del doctor Daniel Miralles y declaró durante casi 4 horas. Al concluir la indagatoria evitó hablar con los medios, aunque su abogado Gustavo Libeau resaltó que «no hay» nuevas pruebas en el expediente y señaló que Macarrón «brindó amplias explicaciones».
El viudo fue acusado por el fiscal Daniel Miralles de homicidio calificado, agravado por el vínculo, y se convirtió en el cuarto imputado en la investigación a casi 10 años del homicidio ocurrido el 25 de noviembre de 2006, en el chalé de la calle 5 en la villa Golf. Antes, habían sido implicados y luego sobreseidos el abogado Rafael Magnasco, el pintor Gastón Zárate y el hijo de la víctima, Facundo Macarrón.
Entrevista al fiscal Miralles al abandonar Tribunales
Ingreso y salida de Macarrón de Tribunales
Desviar la atención
El abogado Brito había señalado en diálogo con los medios que «nunca se investigó a – Michel – Rohrer, ni se le preguntó donde estaba ó se lo cotejo con las pruebas» El letrado negó «cualquier tipo de vínculo económico» entre Macarrón y Rhorer y aseveró que «no existe una sola prueba para dudar de que Macarrón no haya estado en Uruguay».
Tras la indagatoria, Macarrón permanecerá en libertad debido a una caución de 3 millones de pesos.
Entrevista al doctor Gustavo Liebau
Para Estévez, la imputación de Macarrón es «insostenible»
ADN
El 1 de octubre del 2012, el entonces fiscal de la causa, Javier Di Santo, recibió la interpretación que realizó el CEPROCOR del informe del FBI, elaborado sobre las muestras recogidas en el cuerpo de Nora Dalmasso y la escena del crimen, y el resultado permitió confirmar el origen de un “Haplotipo Y” -linaje masculino- y un ADN de mujer, hallados en la habitación del primer piso en la vivienda de la Villa Golf.
El Haplotipo Y fue advertido sobre el cinto de la bata y no corresponde a ninguno de los 29 hombres sometidos a una extracción de ADN. Entre ellos se encontraban Facundo, Marcelo y Félix Macarrón, vecinos de la víctima y otras personas que ingresaron a la habitación donde se encontraba el cuerpo de Nora.
Por su parte, el patrón genético femenino fue encontrado en el recorte de la sábana de abajo y genera menor expectativa entre los investigadores porque podría tratarse del ADN de algunas de las empleadas domésticas.
La pericia genética realizada en los Estados Unidos había sido contundente: se halló ADN de Marcelo Macarrón en la zona genital y el cinto de la bata con el que ahorcaron a la víctima. Di Santo intentó profundizar la pista sobre un eventual arribo del viudo desde Punta del Este la noche del crimen, pero casi 4 años después no había registros comprobables.
Macarrón había reconocido que mantuvo relaciones sexuales con Nora 4 días antes del homicidio y los expertos genéticos afirman que las huellas genéticas pueden permanecer varios días en el cuerpo de la mujer. Sin otro elemento que pueda cercar al viudo, Di Santo desestimó la sospecha.
La prueba también favoreció a Facundo, quien estaba imputado por una extraña interpretación del fiscal. Una supuesta ventana temporal y el hallazgo de haplotipo Y condicionaban al hijo de Nora.
Como ocurrió con Gastón Zárate, la imputación de Facundo estuvo formalizada por pruebas endebles y desvaríos argumentales. Para detener al perejil se utilizó el confuso argumento de un joven con retraso mental y para acusar al hijo de Nora se describió una supuesta relación sexual que el fiscal jamás pudo probar mínimamente.
Lo curioso es que la autopsia forense señaló que Nora murió antes, durante ó después de una relación sexual brusca y en la zona genital solo se halló ADN de su marido.