La beba tenía 700 convulsiones de epilepsia por día que disminuyeron a 20 gracias a la sustancia. No obstante, su comercialización con fines medicinales sigue siendo ilegal en Argentina
En marzo de 2015 se conoció públicamente que por primera vez una universidad argentina (Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de La Plata) hacía las primeras pruebas de marihuana medicinal en pacientes voluntarios, generalmente con enfermedades crónicas o terminales. El uso terapéutico del Cannabis sigue siendo uno de los puntos del debate menos discutido al plantear la legalización de la marihuana. No obstante, el destino de su comercialización es lo que preocupa a los gobernantes que frenan su libre distribución.
Un caso publicado en Clarín plantea la importancia de su consumo regular en algunos pacientes con enfermedades y trastornos físicos graves. Josefina, una beba de 3 años, sufre del síndrome de West, un tipo de epilepsia infantil que la ha llevado a tener hasta 700 convulsiones por día, «30 espasmos durante media hora 20 veces cada día». Sus padres ya no sabían qué hacer para frenar ese padecimiento de la menor. Recorrieron hospitales, visitaron varios especialistas, pero nada servía.
Un día Laura y Fernando escucharon «aceite de cannabis» en uno de los pasillos de un hospital sin imaginar que sería el milagro para su hija. Cansados de ir por la vía ilegal, buscaron la manera de que el Estado les permitiera importar la sustancia para mejorar la salud de la beba. Fue así que le pidieron a la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) que los autorizara a ingresar el aceite legalmente desde Colorado, Estados Unidos.
«Es una emoción inmensa. En este difícil camino que nos toca vivir con la enfermedad de nuestra pequeña el aceite le salvó la vida», escribió Laura a un grupo de madres con el mismo drama el día que tuvo el OK de ANMAT. En diálogo con Clarín, la mujer explicó: «Con el cannabis le cambió el semblante y la conexión con nosotros. Ella está tranquila. Ahora puedo decir que la estamos disfrutando a pesar de todo. Antes, entre los médicos, los hospitales, los viajes a Buenos Aires, ella y su molestia, era todo muy difícil. El cannabis nos da calidad de vida a todos». Por su parte, el padre de la menor dijo: «Es un paliativo maravilloso. Estoy pensando en que empiece el jardín. Es otra vida. Si andás de hospital en hospital ¿qué vida podés tener?».
El Cannabis contiene THC (siglas de tetrahidrocannabinol) y el CBD o cannabidiol, que tiene beneficios farmacológicos, antioxidantes y antiinflamatorios. El CBD trabaja como antiemético, anticonvulsionante, antipsicótico, antiinflamatorio y produce efectos positivos en los pacientes que atraviesan quimioterapias. Según los papás de Josefina, el efecto sobre la nena fue «sorprendente»: «A los diez días de darle el aceite Jose estuvo seis sin hacer convulsiones. Vino su cumpleaños y lo disfrutó mucho. Con tanta medicación vivía muy molesta, irritable. Yo me desbordaba. Pero con esto estaba tranquila. A pesar de que no habla, sus ojos ahora transmiten paz», señaló en Clarín la mamá.
«Necesitamos que se estudie, se legalice. La planta es maravillosa, no podemos negar eso y no podemos permitir que los médicos dejen desamparados a los padres. Es un vacío que no está bueno. La marihuana le da la vida a Josefina y tiene que ser así para todos», concluyó la mujer.