A la espera del ansiado recambio en el Banco Central, el macrismo analiza una serie de planes que van desde un nuevo programa monetario que rebaje la asistencia al Tesoro nacional, la reducción de los miembros del directorio de la entidad y la emisión de billetes de hasta 1000 pesos.
Una de las claves para el programa antiinflacionario será la reducción de los giros de la entidad monetaria al Tesoro nacional, que en 2014 llegaron a $ 147.000 millones y este año ya suman $ 258.400 millones.
Los integrantes del gabinete económico macrista saben que el descenso deberá ser gradual. «En diciembre hay que hacer muchos pagos en el Estado, así que la intención es ir desandando ese camino de a poco», indicó una fuente.
El agujero no sólo es nacional: sin recursos en la caja, la provincia de Buenos Aires debe enfrentar pagos el último mes del año por $ 25.000 millones entre salarios, aguinaldo y deudas a proveedores. Por lo tanto, optará por emitir un bono o pedirle prestado a la Nación.
Pero a fines de diciembre, confirmó otra fuente, el BCRA presentará el programa monetario de 2016 con «una marcada moderación en términos de emisión monetaria». Antes deberán chequear efectivamente cuáles son los activos, pasivos y los vencimientos del año próximo, una vez que el kirchnerismo abra las cuentas del Estado a sus sucesores en el área económica. «Cuanto menos avances haya con la suba de las tarifas públicas, más habrá que emitir», explicó una de las fuentes.
El segundo eje de análisis es la reducción del directorio de 10 miembros de la entidad que conduce Alejandro Vanoli. La intención original del candidato propuesto por Macri, Federico Sturzenegger, era bajarlo a siete miembros para brindarles más agilidad a las decisiones del organismo.
Pero en este tema, reconoció una de las fuentes, los planes técnicos deberán compatibilizarse con las negociaciones políticas, porque las sillas del Central son un bocado siempre apetecible en el Senado. En este sentido, seguramente las otras fuerzas de Cambiemos reclamarán algún lugar y para el PJ -mayoría en la Cámara alta- podría ser un buen endulzante para aprobar leyes.
La tercera cuestión, menos relevante en el nivel macro pero clave en términos de expectativas, es la emisión de billetes de mayor denominación. De hecho, el designado ministro del Interior, Rogelio Frigerio, declaró esta semana que se piensa en un billete de $ 500, pese a que algunos meses atrás Sturzenegger había dicho que no sería una buena idea si se pretendía avanzar en la formalización de la economía.
Pero ahora, con el gobierno en las manos, las ideas cambiaron y los economistas de Pro trabajan en la confección de billetes de 200, 500 y de hasta 1000 pesos. «La emisión de nuevos billetes es inexorable», indicó una de las fuentes. «Es sólo cuestión de reconocer la inflación que el kirchnerismo negó hasta ahora», agregó la otra.
De hecho, uno de los asesores económicos de Daniel Scioli, el presidente del Banco Provincia, Gustavo Marangoni, había promovido una idea similar durante la campaña.
«Se hará, pero no de inmediato, porque se necesitan unos meses para el diseño y la emisión; pero la decisión está tomada», se afirmó. Los técnicos dicen que la Casa de Moneda está en condiciones de asumir este desafío, que aliviará a la gente y a los bancos por el exceso de billetes de $ 100 que hay en circulación.
El diputado Federico Pinedo, jefe del bloque en la Cámara baja y potencial presidente provisional del Senado, dijo a LA NACION que «hace cuatro años que propusimos la emisión de billetes de mayor denominación; se trata de una cuestión operativa que se dará junto con señales de estabilidad de la moneda, porque nuestros próceres nunca se devaluaron tanto como en el kirchnerismo».
Al respecto, el legislador nacional expresó que «Vanoli y La Cámpora hicieron todo lo contrario a la misión que tenían de cuidar nuestra moneda y ahora hay que reconstruir su credibilidad». Pinedo fue categórico: «El Banco Central está quebrado y a eso hay que sumarle los desafíos del fallo de la Corte a favor de las provincias y el manejo que hubo con el mercado de futuros del dólar».
Por el reciente fallo de la Corte, el Gobierno perdería unos $ 100.000 millones y, si pagara los contratos de futuro una vez que abriera el cepo, debería girarles a los inversores unos $ 60.000 millones, según los datos que manejan en el equipo económico de la nueva administración.
En este contexto, el ex presidente del Banco Central Martín Redrado dijo a LA NACION que, «dada la fortaleza de un gobierno que recién se inicia, tiene que haber un Banco Central con una nueva carta orgánica que reduzca en forma sustancial el financiamiento al Tesoro, bajar el número de directores a cinco miembros y que caduquen todos los mandatos para simplificar la transición a una institución más independiente, que no sea una ventanilla del Tesoro simplemente».