Se sumó al staff de Radio Río Cuarto en la década del 50 y se convirtió en un referente de la radiofonía local. Tenía 85 años.
Aquí una semblanza escrita por su ex compañero de trabajo y amigo, Aldo Joaquín Caseros, en el año 2011:
La vieja radio. Las grandes voces: Jorge Olivera
Jorge «Buby» Olivera en plena tarea.
Al ser titular de Radio Ranquel Tulio Reyna, un hombre de mucha experiencia formado junto al pionero de la radiodifusión argentina don Jaime Yankelevich, una de las característica de la LV16 de entonces era la calidad y uniformidad de las voces de los locutores y por cierto que nos costaba determinar quien era el que hablaba porque el estilo, fruto de mucho conocimiento e intuición de quienes elegían, era el mismo; además el locutor hacía todo, textos publicitarios, animaciones y boletines informativos, nosotros los periodistas salíamos al aire pero con notas y recién comenzamos a leer en estudios a mediados de los 60. En esta nota nos vamos a
referir a una de esas grandes voces y más adelante nos ocuparemos de las otras; todos ellos significan lo mejor que hemos tenido en radio durante muchos años.
Hace unos meses en noviembre, un día después que otra voz recordada, Roberto Pal ahora en Misiones, cumplía 80 años Jorge Olivera celebraba los mismos años de vida, tras una carrera interrumpida por su jubilación, no obstante haber permanecido un par de temporadas haciendo lo que más le gustó y tenía capacidad para ello, seleccionar música popular y también la clásica y ponerlas en el aire con su voz. De esto me queda la reflexión de porqué no se utilizó en estos últimos 15 años a un hombre con semejante capacidad y calidad vocal y estética para la radio.
Lo cierto que esa voz estuvo desocupada en los últimos tiempos, recluído en su bien formado hogar, junto a Alicia su esposa y su hijo.
La vida además de la satisfacción de haber hecho lo que a él le gusta, le quitó dos hijos que es algo muy doloroso; será por eso que en estos últimos años es un hombre reflexivo y silencioso, como meditando las cosas que pasaron, las buenas y las malas.
Dermidio Valerio Olivera, tal su nombre real, pero como Jorge conocido locutor, nos abre la puerta para que en próximas notas hagamos referencia a los pseudónimos muy frecuentes en aquellos años iniciales de la radio.
Buby no fue de los primeros locutores de LV16, pues arribó a la Ranquel a mediados de los 50, incursionando también en periodismo allá por el 57 y 58 con un noticiero de lujo que a través de OIRPA una organización de información creada junto a otro grande, Eduardo Rolet (Muzzio su apellido), ponían en el aire por LV16.
Siempre expresé en las muchos recuerdos radiales que he escrito, que hubo y habrá dos tipos de locutores: los lectores medulosos y certeros y aquellos multifacéticos que animan, escriben, producen y tienen el don de la voz del lector de avisos. Junto al inolvidable Jorge Oviedo (voz fundadora de la Ranquel que también hizo periodismo) y Julio Girard (por poner sólo dos ejemplos). Olivera fue uno de ellos. Esto le permitió ser animador de muchos programas, improvisando o escribiendo, culminando con la animación en clubes, vecinales y la zona en la LV16 de Biset en calle Rivadavia en los 70, de espectáculos con conjuntos modernos de entonces, que previamente pasaban por su programa en la emisora.
Yo inicié una amistad que se mantiene hasta hoy con Olivera a mediados del 59, cuando trabajando en una empresa del recordado Mauricio Charnabroda, éste me sugirió que podríamos elaborar un micro con música y textos con tan importante figura. Lo hicimos por un tiempo -escribí los textos y Buby seleccionaba la música- y finalmente tras haber rendido un examen como locutor recalé en la vieja radio en informativo.
En 1965 y 1966 se dió la feliz circunstancia que estando los dos a la misma hora pudiéramos leer a dos voces los panoramas de Ranquel en Colón 78,desde la sala grande, esto es un eufemismo porque de grande no tenía nada y más de una radio FM tiene hoy más espacio.
OTROS DETALLES SOBRE OLIVERA
Cuando Charli Biset antes de los 80, estaba algo cansado o desilusionado, parecía, de la radio, el personal decidió ayudar, quizás como defensa de la fuente de trabajo y entre el grupo que se dedicaba a ello estaba Olivera junto a nosotros.
Fue también el jefe de locutores en los tiempos de Biset, cargo que en Ranquel no existía porque todo dependía de Programación -incluso informativo- que estaba a cargo de Roberto Pal y los periodistas también escribíamos los libretos, incluso Olivera que también por ahí lo hacía.
Podemos citar dos habilidades de Buby, disimular los furzios (algunos también dicen furcios) que eran más frecuentes porque todo se hacía en vivo, incluso avisos; era un habilidoso en eso, lo mismo, en otro aspecto, un seleccionador paciente y de mucho conocimiento en cuanto a discografía, para decirlo mejor, toda la discografía. Cuando fuí representante en 1969-71 de Music Hall, Hispavox, Capitol y otros sellos, Olivera solía acompañarme en los viajes, especialmente a San Luís, donde visitábamos en Villa Mercedes a Julio Girard, que en aquellos momentos alternaba sus actividades entre Río Cuarto y aquella ciudad.
Por último, para esta nota, muchas veces Olivera nos ayudó en el baile de los locutores de aquellos años, primero en El Colonial y después en salones del club Banda Norte hasta comienzos del 90, donde hasta 4 mil personas iban a ver a los locutores y gente de la radio sin el apoyo de ningún famoso. Esa reunión permitía juntar fondos para la Mutual de la Radio que fundamos en 1962. En otras notas que tenemos escritas, van a encontrar más aspectos de la vida de este excelente y recordado locutor, que como todas las voces de entonces pertenecía a la SAL. Sociedad Argentina de Locutores.
Resumiendo, Jorge Olivera, un grande al que no hay que olvidar y ojalá podamos oirlo en algo de lo mucho que él sabe hacer.
Publicado en El Corredor Mediterraneo, de diario Puntal Junio de 2011.